Capitulo I : El camino de los Impíos

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Los antiguos lo gritaron

 en el momento en que cayeron en batalla

Con temor, el cielo lo encerró en la prisión

y el mismísimo Salvador lo repudió

La noche se acabará a su llegada,

 el Fuego que viene de la tierra se  volverá su mano derecha

 mientras que en su izquierda lleva la cabeza del traidor

Teman al caído, teman al asesino de la Cámara Abrazada,

 Temedle, oh futuras generaciones



 Mara durmió plácidamente hasta casi mediodía, mientras que yo me había desvelado pensando. ¿Cómo había traído a Mara conmigo? ¿Y si quizás no era más que una ilusión? Sí, eso debía ser. Era imposible que Mara fuese real. De pronto, la cola de Mara comenzó a moverse tal como lo hace la cola de un gato, sonreí. Al verla de cerca, Mara era un poco atractiva mientras dormía. Justo cuando la observaba fijamente, me encontré con sus ojos negros como la noche.

- ¿Qué miras con esa cara de imbécil? –

- Estaba mirando a una salvaje despertar- Respondí cortantemente. Mara no tenía siquiera una pizca de femineidad, era ruda, mal educada y tenía un pésimo carácter. No le importó que la llamara salvaje.

- ¿Dónde estoy?-

-Ya te lo dije, este es mi mundo. O mejor dicho el mundo real- Me miró desconcertada.

- ¿Cómo se supone que volveré a mi mundo?- Me encogí de hombros. Ella bajó la mirada.

- Primero debemos tranquilizarnos, pensaremos en algo, lo prometo- Mara seguía sin reaccionar, cabizbaja, mientras que su largo y oscuro cabello evitaba que viera su rostro- ¿Mara?- Seguía sin contestar. Me acerqué a ella y escuché un sonido extraño, junté valor para mover su pelo, sin embargo solo me encontré con unos ojos rojos llenos de ira, pero había algo más, hubiese jurado que la chica mitad demonio estaba llorando. Recibí un fuerte empujón que me lanzó varios metros.

- Déjame en paz, maldición-

- Cálmate, Mara. Buscaremos la manera de volver- Añadí un poco asustado al ver como las cadenas que portaba de armas se movían como amenazantes serpientes.

-Este lugar me pone nerviosa, afuera hay mucho ruido-indicó, apuntando a la ventana.

-Antes de la guerra que mencionaste, así era todo. Los edificios que ves en tu mundo, aquí están aún en pie, hay muchas más personas.- Mara se rascó la cabeza, claramente no tenía idea de dónde estaba ni qué estaba sucediendo aún. Volvió a mirarme, se mostraba insegura y temerosa. Sus ojos brillaban, inundados en lágrimas que no quería dejar salir.

- Quiero volver a mi mundo- Añadió como una niña pequeña. Me senté a su lado para calmarla, ella no hizo el más mínimo movimiento

- Mara, todo estará bien-

- ¿Acaso puedes ver el futuro?- Respondió molesta- No necesito tu compasión. Tú me trajiste aquí, tú me devolverás-

- Solo intento tranquilizarte, idiota- Era imposible llegar a ella. Comencé a dudar si realmente era una chica.

En los muros de SionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora