Capítulo III Los Guardias del Foso

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El eco de sus pasos se apagó en los Fosos

Al igual que la vida en el mundo, todos pensamos que era el fin del ciclo del Caído, esperando que el Devastador venciera.

Pero ni el Devastador pudo con él, huid

Huid futuras generaciones, no caigáis ante su espada

Desde las oscuridades el Caído emergió, ya no estaba solo

La guerra en persona lo seguía ahora

No había pasado mucho tiempo desde que dejamos el búnker, cuando el murciélago me habló, estaba preocupado, y no se veía muy animado. Quizás era el calor o bien la falta de agua, lo que lo tenía de aquella manera, pero había algo más, algo más profundo. Era la primera vez que Bat tenía un rostro tan depresivo.

- Caín, creo que debo decírtelo-

- ¿Qué sucede? Actúas muy extraño, amigo- El murciélago tomó aire y comenzó a hablarme. Según lo que Bat sospechaba, Laura nos traicionaría. En más de una ocasión la había escuchado hablar con alguien más, probablemente un canal telepático o similar. Mi amigo estaba muy triste, se había enamorado profundamente de Laura, tan solo hablar del tema le hacía temblar.

- Yo no soy capaz de asesinarla. La amo-

- Debes tranquilizarte, quizá no sea una traidora. Conozco a Laura, no creo que nos apuñale en la espalda. Confía en ella- Bat me miraba con un gesto de inseguridad en su rostro- Si nos traiciona, yo la mataré- Guardamos silencio por varios minutos, hasta que mi amigo tomó la palabra.

- Gracias, Caín, de verdad, muchas gracias- Bajó la vista para limpiarse el rostro y evitar que viese sus lágrimas- Desde que nos conocimos todo ha cambiado. Hay algo que quería decirte hace mucho pero no me atrevía a decirlo-

- ¿Qué cosa?-

- Lo siento mucho por lo de Mara, ya sabes, la insulté y la obligué a que se marchara-

- Yo debiera agradecértelo, Bat. Quizá ya hubiese muerto si no hubiese sido por tu ayuda. Creo que estamos a mano desde hace mucho-

La marcha se volvió lenta, al parecer el Cenicero se extendía por muchos más kilómetros de lo que pensaba, todo estaba cubierto por aquellas cenizas negras, tierra calcinada, huesos de distintas criaturas y armas por doquier, el lugar me enfermaba. En realidad no sabía si yo era el único afectado por esto, Bat mantenía un silencio sepulcral, desde que habló de la posibilidad que Laura los traicionara no había abierto la boca, de eso ya casi un día. Justo cuando creía que enloquecería nos encontramos de frente con una gran estatua de un guerrero completamente acorazado, hecha de algún metal que desconocía, el enorme guerrero de unos 15 metros de altura estaba de pie, sosteniéndose en su gigantesca mandoble.

-Ten cuidado, es un coloso. Originalmente eran armas creadas por los Demonios, sin embargo, terminaron por enloquecer, volviéndose violentos. Aunque a este lo veo bastante quieto- Bat por fin había hablado después de tanto tiempo.

- Creo que no deberías hablar más, amigo. ¿Recuerdas lo que ocurrió la última vez, en nuestro encuentro con aquel Caballero Oxidado?-

- No creo que este pedazo de chatarra me escuche, creo que está muerto-

- Yo no estoy muerto- Una voz estridente resonó a nuestras espaldas, nos giramos bruscamente para encontrarnos con un pequeño soldado que tenía gran parecido al enorme e imponente coloso, la única diferencia era la estatura del soldadito, este medía con suerte un metro- Así que prepárate a sufrir por haberme insultado- Bat y yo nos miramos y comenzamos a reír, haciendo burla del pequeño.

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⏰ Última actualización: Apr 02, 2016 ⏰

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