L'Amant Magnifique [ SeBaek ]

Capítulo 3.

— ¿Tan ocupado?... — ahora el menor de cabellos tan oscuros como la noche, tenía en total poder al mayor, quien sin duda y sin previo aviso ya no podía resistirse a los encantos de éste.

La toalla cayó. Y pronto los brazos del mayor tomaron con cierta presión los bien formados brazos de Oh, acariciando y besando los labios del menor con cierta necesidad.

Las grandes manos de SeHun llegaron a la cintura del mayor, donde las tomó, demostrando que le tenía con posesión y deseo.

No podía.

No podía escapar.

Sin duda ya no había vuelta atrás.

SeHun estaba en problemas gracias a su obsesión con el mayor; claro el aun en sus revueltas mentales insistía que era lo contrario.

Pues no era para nada común que SeHun después de una aventura vaga, terminará deseoso de más. Y sin duda ésta era la extraña ocasión donde Oh deseaba volver al mayor suyo. Una y otra y otra vez, hasta que el delirio le dominará hasta la última neurona.

Era tanto su deseo, que hasta esperarlo fuera del edificio de habitaciones fue a dar, por el simple hecho de mirar su hermosa piel clara una vez más; tal vez convencerlo una vez más, o tal vez...

Parecía que el destino estaba de su lado, el mayor hundido en sus pensamientos caminando por el pasillo principal dirigiéndose a donde sea que fuera, había sido la mejor parte de lo que llevaba del día; el no creía en un dios, pero si existía y éste le había hecho el "milagrito", agradecía a dios por tan dichoso día.

Se besaron con necesidad y tardaron en separarse, cada vez más el menor se encorvaba, para evitar un escape del mayor, cubriendo el pequeño cuerpo con su espalda ancha, mientras que el mayor hundía sus dedos en la cabellera del menor, deseoso de más y más... Pero...

Ca-sa-do. ~

Estaba siendo infiel nuevamente.

— No puedo. — comentó al separarse del menor como pudo, luchando contra sus deseos y pensamientos. — Esto no está bien, no tengo que pensar nada, no puedo porque no quiero hacer esto. — fue lo que soltó y creyó que era la respuesta a la pregunta del día anterior.

El peligro le miró con obviedad, y se incorporó para poder verle desde su altura. — Sí en verdad no quieres... — de un hábil movimiento su mano golpeó la pared. — entonces... ¿Por qué te sigues dejando?

Sus ojos con la completa atención sobre el más bajo. Más esos húmedos labios moviéndose para decir cosas que tenían bastante sentido. Atacaban cada segundo al esposo de Park.

— Mira, yo no soy ese tipo de personas.... Yo no seré igual, puede que allá perdido la razón por un momento, estaba enojado y triste, mi esposo se acostó con un desconocido el día de nuestra luna de miel... Creo que mi cerebro y las hormonas de mi persona, se descontrolaron, pudo provocar una reacción...

— ¿estás diciendo que me usaste?... — comentó el pelinegro, nunca se había sentido incomodo cuando llegaba a tener un encuentro después con quien había tenido sexo casual, pero de cierta forma lo único que obtuvo de ese comentario, el cual fue una espinita en su pecho, metafóricamente hablando.

— No, bueno si... No es como si yo hubiera planeado el momento... Tú te aprovechaste.

— Tú me buscaste después.

— Pero tú sabías lo que tengo. Así que... ¡N-No tengo porque darte explicaciones! Fuiste o no usado ya es pasado, solo déjame en paz. Y no vuelvas a buscarme. — comentó Byun al empujar al menor para levantar su toalla del suelo y sacudirla para salir del pasillo para comenzar a caminar al lugar de reunión de acuerdo con su esposo.