Capítulo 5.

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A pesar de que al loco de SeHun le había prometido que iría a su habitación, seguía en la suya mirando el techo, mientras su esposo estaba sentado en la mesa de la habitación desde antes de que el atardecer llegará, tecleando en la computadora quien sabe qué cosa, ya había recibido como seis llamadas y por cada llamada el menor le decía "Lo siento." Era trabajo eso lo entendía, y sabía que jamás iban a zafarse del todo del hospital, las llamadas eran correspondientes a uno de los pacientes del doctor Park que había recaído por causas que se desconocían aun, además que se necesitaba hacer el debido reporte mensual de cómo funcionaba el hospital, como el cálculo de gastos del mismo durante el mes.

Lamentablemente harían el mismo proceso por otras tres veces más, o talvez cuatro según el corte de mes, ChanYeol, era el encargado de este corte, el siguiente le tocaría a BaekHyun y así se rolarían los reportes como siempre, claro que sin contar los pacientes de cada quien tenía a su cargo.

─ Amor... ─ Habló bajo al tapar la bocina del teléfono. ─ No me gusta verte aquí aburrido... ¿Por qué no sales a divertirte un rato?... Sé que debemos salir juntos, pero me pone mal, verte ahí sentado y no poder salir cuando tengo ya sabes... todo un mundo que resolver ahora.

El castaño le miró al sentarse en la cama, y asintió al mismo tiempo que se bajaba de la cama, y tomo su móvil, mirando la hora en este 11:30 PM ─ Mhn... No, es tarde, así que dormiré, por favor, no duermas muy tarde, pero tampoco descuides tu deber.

Fueron sus palabras antes de volver a meterse en las sabanas, y acomodarse. ─ Buenas noches, Chan.─ comunicó el otro antes de cerrar sus ojos, aferrándose a las sabanas para no salir, sabía lo que pasaría si salía, claro, era muy obvio, aunque su mente negaba que existía la posibilidad de ir a parar a aquella puerta; a su cuerpo no le sobraban pruebas ni dudas de que terminaría tocando esa madera de aquella habitación.

Pues en sus memorias aún se quedaban guardados el momento que tuvo con el mismísimo SeHun, como era apegado al escultural cuerpo de dios griego del menor, como los abultados labios del menor le incitaban a pecar una vez más.

Joder.

Estaba poniéndose caliente.

No.

Estaba su esposo, y no podía hacer eso.

No aquí.

Aun así... su mente y su cuerpo concordaban en una cosa...

Quería volver a verlo.

Negó mentalmente para evitar seguir con aquel hombre en su cabeza, tal vez iba a arrepentirse, tal vez estaba haciendo lo correcto... ¿Qué era lo correcto? ¿Lo correcto para qué? ¿Quería estar bien con su esposo? ¿Qué era lo que él quería?

Salvar su matrimonio... ¿No es así?

Si... debía ser así ¿o no?

Sin más quedó en un profundo sueño... mientras que su esposo seguía tecleando y hablando por teléfono. Extrañamente esta ocasión si estaba trabajando.

◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈

El reloj marcaba la 1:30 AM y SeHun estaba frente a esa puerta, sentado en el sofá, esperando a que se escuchara ese golpeteo que tanto anhelaba. Si, estaba como un estúpido, un estúpido esperando a alguien.

Sin duda había sido un ingenuo al pensar que el mayor vendría a su habitación, a pesar de cómo ponerse cuando tuvieron aquel caliente encuentro entre tanta comida deliciosa; se tocó los labios, algo frustrado por darse cuenta que había quedado como un idiota, hasta se había tomado la molestia de pedir una botella de vino de la más alta calidad que tenía el barco.

L'Amant Magnifique [ SeBaek ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora