Capítulo 2

239 34 23
                                    

Humanos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Humanos



Emma emitió un gruñido profundo; mantenía la aleta dorsal erizada y la cola recogida para ocultar su vientre de las criaturas de tierra que caminan por la cubierta del barco. Un gran navío inmaculado llamado EX LIBRIS rompió las aguas azules ondulantes del Mar de Coral situado en el Este del país australiano. Alejándola de todo lo conocido. Emma gruño a través de su cuerpo tembloroso que trabajaba frenéticamente para procesar el shock ejercido después del brusco cambio de entorno, las branquias en su cuello se cerraron, presionándola a tomar grandes bocanas de aire por la boca para compensarse.

Había escuchado de los Khamai's, comentarios vagos de Lucas o Yuugo cuando se animaban a contar sobre sus viajes por los océanos e islas en su juventud y de casualidad los vislumbraban en las playas. Eran iguales en la silueta superior de sus cuerpos, cara y torso, brazos y manos; pero los Khamai's a diferencia del Kaona Kai nunca desarrollaban aletas o escamas.

También son una raza numerosa y ruidosa, sucia e impredecible. No tenían un orden natural establecido que los guiara en la vida, y eso era peligroso incluso para un Anak Laut. Naturalmente todo el Kaona Kai evitan a aquellos seres de tierra y aire, simplemente, no eran confiables.

La tripulación la rodeo como una aglomeración de tiburones girando alrededor de un animal moribundo, solo esperando el momento para acercarse y comenzar el festín. A Emma no le gustaba esa sensación de ser el botín de caza, no era un animal pequeño o temeroso. ¡Ella era alguien capaz! Una cazadora con la destreza para asesinar a grandes tiburones sin ayuda.

Emma tenía los dientes al descubierto, gruñendo prolongadamente, garras clavadas en la superficie del piso. La red con que la arrastraron fuera del agua permanecía enredada entre sus aletas y la extensión de su cola. Escupía siseos agudos a cada Khamai que se atrevía a moverse, ya sea un paso o un movimiento de brazo, Emma no bajaba la guardia. Sus ojos verdes no dejaban de ir y venir entre sus figuras y las delgadas varillas que la separan de la seguridad del océano, sus músculos y articulaciones temblando a través de la adrenalina circulando en sus venas.

-¡Berkeley! ¿Es lo único que pudimos conseguir del grupo? –Hablo Andrew De'Ath entrando a la cubierta y mirando con deficiencia a la criatura. El jefe de operaciones ojeo en la pantalla de su dispositivo los documentos de investigación, fotos y análisis de la familia de Sirenios en inspección. Había esperado al menos obtener unos tres o cuatro ejemplares antes de regresar a las instalaciones de Japón, y ver que no fue así, lo molestaba.

-Sí, señor. –Dijo Berkeley, aproximándose a su jefe aun con el traje de buceo puesto y goteando. –Le ruego me disculpe, señor. Uno de los miembros dio la alarma cuando estábamos por desplegar las redes. El adulto a cargo de los cachorros los oculto en seguida en una gruta profunda e inaccesible para nuestro equipo, por lo que, decidimos enfocarnos en los juveniles. Hubo mucha agitación en el agua, pero ninguno ataco directamente: solo levantaron arena para cegarnos y poder dirigirse a las profundidades. Lo cual es extraño si lo comparamos con los reportes que obtuvimos de los locales. Al principio logramos capturar a cinco de ellos gracias a las trampas fantasmas que instalamos con anticipación en algunos puntos dentro del arrecife; sin embargo, antes de que pudiéramos acércanos una Cecaelia de la que no teníamos registro libero a cuatro de ellos. Tuvimos que utilizar el arpón dos veces para asustarla y al menos conservar a uno... –

Lullaby - RE & The Promised NeverlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora