Desde la antigüedad, el océano siempre ha sido un lugar misterioso y desconocido para los navegantes. Los mitos sobre la eternidad, la muerte, las criaturas sagradas y terribles son parte del imaginario colectivo.
Norman Minerva es un renombrado c...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tu nombre
La superficie del océano tropical estaba ligeramente agitada, las olas con un rítmico movimiento ascendente y descendente con la marea y el viento para crear una continua e infinita sinfonía. La luz del sol poniente iluminaba los tonos azules hasta su capacidad, en su profundidad habitando algunos animales y ciertos seres antiguos.
Dentro del arrecife coralino de atolón de aguas poco profundas, dificultosamente pero no imposible se podían observar rápidas sombras de dos adolescentes sirenios jugueteando felizmente en la seguridad de la estructura subacuática. Risas y arrullos, chirridos y gruñidos vibraban por el agua de forma dinámica y aletas verdes o negras sobresalían en la superficie brevemente antes de volver a sumergirse.
El cuerpo hidrodinámico los hacia moverse con rapidez, facilidad y elegancia. Para las lejanas estrellas lúcidas en el cielo crepuscular de tonos azules, rojos, naranjas, amarillos y rosas el movimiento fue como una danza hipnotizante. Era solo un simple juego de etiqueta, un juego de cachorros, pero eso a ellos no les importo. Habían pasado meses desde que se sintieron lo suficientemente seguros y cómodos como para jugar libremente.
Emma grito jovial cuando finalmente su compañero de juego se abalanzo a gran velocidad por un costado, sujetándola, brazos fuertes rodeando su torso mientras la arrastraba en su nado como un signo de victoria.
La joven Leera Esmeralda rio juguetonamente y uso su fuerza para liberarse y empujar al hombre Ébano Real a la arena, terminando la persecución.
Ray gruño de espaldas a la arena, parpadeando para quitar la arenilla de los ojos y enfocarlos en la doncella sonriente que se impone encima con dedos afilados en los hombros. Todo queda en silencio, y tan quieto, es la primera vez que los ojos amatista ven a Emma en la cima, orgullosa y sonriente; acelera irreversiblemente su corazón y produce un gran sentimiento profundo de admiración. Emma, por su lado, sonríe muy feliz. Su corazón latiendo de emoción y maravilla por la adrenalina que produjo el juego, sus ojos viridián radiando de luz en las oscurecidas aguas, donde al rato ambas risas de los seres antiguos hacen eco.
Un sonido feliz acompañado de ojos cautivados el uno por el otro.
.
.
.
Emma abrió sus ojos, somnolienta, y confundida por las sensaciones que aquel recuerdo provoco al vincularse en sus sueños. Últimamente comenzó a soñar con aquellos días... en donde eran jóvenes y libres, sin familia, pero felices; y como tal, crea un intenso sentimiento melancólico dentro de la Sirenia.
Eran lindos recuerdos, en verdad lo eran... sin embargo, Emma al ver ahora su alrededor no encuentra cielo ni sol ni viento, no percibe el olor salino, no escucha el sonido del mar o el de las aves, las sensaciones o el movimiento al que está acostumbrada no existen.
