Pasion por las piscinas

Una gran sorpresa

... El estaba seguro de q debía darle una oportunidad. La chica de cabello naranja se lo merecía.  Después de todo...¿Podria negar q le gustaba? No. Y ella se había portado muy bien con él. Había estado allí con el en sus entrenamientos. Apoyándolo. Estuvo ahí cuando obtuvo esas medallas. Compartió su felicidad. Había compartido su frustración también, en uno q otro momento.

Ella se lo merecía. Tenerlo a su lado. Lo había dejado vivir en su casa. Incluso compartían la misma cama. Follaban como conejos. No va a negar q le gustaba eso... Bueno, al menos físicamente. Se sentía rico. Y ella estaba muy buena. Esa piel era deliciosa. Esos besos pacionales.
Sin embargo, él no podía corresponderlos con la misma intensidad.

Cuando estaban en la intimidad , el trataba de mirarla a ella. Pero no podía. Cerraba los ojos y fantaseaba con una joven de hermosos ojos y cabellos rosa claro, q siempre había estado ahí para él.

- Perona- dijo entre gemidos,un día mientras embestía a la pelirroja.
- q cojones- dijo ella, pegándole una cachetada- suéltame- y el obedeció. La chica lo miraba atónita, luego las lágrimas salieron de sus ojos, poco a poco...transformando el placer en dolor.
- lo siento, no qui...- pero ya la chica se iba de la habitación ,entre lagrimas- se hacerlo- término de decir, al aire.

Más tarde iria a calmarla. La abrazaria por atrás, con sinceridad. Con ternura. Necesitando su perdón.  Ella lo amaba , ya se lo había dicho, por eso lo perdonaba...pero , él seguía constantemente jodiendolo todo. Cada nueva metedura de pata. Esto no podía seguir así.

- Namy- le dice el un día,decidido. La mira a los ojos de la chica- deberíamos dejarlo.

Ella sintió q su mundo se derrumbaba. Es verdad q ella no lo merecía.¿ O si? Le había hecho daño. Es verdad. Pero había estado ahí para él. Tenía q haber una explicación para eso q estaba diciendo el chico. No pudo evitar llorar. No sabía q contestar. Quería al menos una explicación. ¿Que había hecho mal? Si eso era culpa de ella, tenía el derecho a saberlo, ¿No? Joder... Te das cuenta de lo realmente cruel q es el amor, cuando la persona q te hace la herida es la única q puede cerrartela.

Y ese era su caso. Lloraba desconsolada, buscando un refugio en el pecho del peliverde. Ese cálido lugar donde se había acostumbrado a apoyar su cabeza para dormir. ¿Sería la última vez q tendría acceso a ese lugar tan cómodo? ¿ Por qué tenía q ser en forma de sollozos? No lo entendía.

Él sentía algo punzandole el pecho. Cómo si lo atravesara una espada. Veía a esa bella flor marchitandose entre sus brazos ,y sentía una inmensa culpa. Siempre conseguia lastimarla. " Eres un idiota, Zoro Roronoa" se decía para sus adentros. Ella no lo merecía. No. Pero el necesitaba libertad.

La amaba...pero de una forma distinta. La veía más como una niña a la cual proteger. Cómo una amiga. Incluso como mujer. Pero ya no sentía tantos deseos por ella. Ya no lo pasaba tan bien.  No sentía esa intensidad por ella. No como por su gruñona.

Ahí se dió cuenta. Le jodió en verdad cuando lo hizo... Pero era la verdad. La había utilizado. De la misma forma ratera y hostil a cómo lo había hecho ella en un principio. O no, peor. Mucho peor. La había utilizado para olvidar a Perona. No lo había conseguido, y ahora la desechaba como un juguete roto." Soy un asco como persona" y era la verdad.

Ella se sentía a gusto, mientras el acariciaba sus cabellos de fuego. ¿Por qué  se sentía tan bien? Le había roto el corazón. Pero no podía evitar sentirse bien entre sus brazos. Ya no lloraba. Solo disfrutaba... Sabía q ésta sería la última vez. Eso le jodía. La casa iba a sentirse tan vacía cuando él no estuviera.

Lo comprendió. No lo había logrado. Hacer q se olvidará de ella. De esa chica de los cabellos rosados. Ella se lo había ganado en buena lid. Era hora de dejarlo partir. Quedaron como amigos. Para q arruinar algo tan maravilloso con él rencor ...no, ellos iban a seguir hablándose.