No tenía claro lo que había pasado, entre su placentera nebulosa recordaba haber encontrado a Ritsu sin querer, luego de eso fue él sobre su amado en un lugar impregnado por su delicioso aroma.
Ritsu jadeaba debajo de él, y Masamune no lograba apartar sus ojos de lo que veía. Era extasiante, era estimulante y excitante sentirse rodeado por sus aromas mezclados mientras su piel se deleitaba con el rose de la piel de él y sus ojos llenaban su alma de algo que hacía mucho tiempo le había estado haciendo falta.
—Te amo —gruñó bajito muy cerca de su oído, terminando en morder el lóbulo de la oreja del otro—. Te amo demasiado en verdad.
Ritsu no dijo nada, pero no podía culparlo, en el estado en que el otro estaba era puro instinto, su conciencia se había perdido en cuando sus ojos chocaron en ese bar.
El celo de Takano había reiniciado en cuanto vio al otro, y el de ojos verdes respondió a eso, empujándolo a hacerlo suyo una vez más.
Ritsu no pudo negarse al azabache, su celo le había inducido a un estado de transe y necesidad, una necesidad que había estado conteniendo por diez años.
Había muchas cosas por aclarar, pero no era tiempo para ello, y tampoco podrían hacerlo en el estado tan descontrolado en que se encontraban, en que se sumergían y se amaban.
No había duda de eso, ambos se estaban amando como lo hicieran años atrás, era tan similar que hubieran podido reír avergonzados de estar conscientes de su inexperiencia y ansias de más.
Los jadeos resonaban en sus cabezas, mientras en la habitación el choque de sus cuerpos golpeaba en cada pared, sus besos ayudaban a ese vaivén que los dejaba sin aliento y sus pieles empapadas en tantos fluidos corporales se rozaban generando que su temperatura corporal aumentara más y más.
Takano se adueñaba de cada parte del cuerpo de Onodera, recordando a plenitud una piel que ansiaba fuera solo de él, así que la marcaba con dulces besos y ardientes caricias.
Las posiciones de su cuerpo cambiaban conforme sus ansias de más se desataban y, en el momento en que el de cabello más claro quedó de espaldas a él, pudo sentir su sangre arder al ver esa marca en la espalda alta del chico, pegadita a su nuca.
Su cabeza le gritaba que debía enojarse porque el otro portaba una marca, su conciencia renegaba que las acciones presentes estaban mal, él no debería hacer eso con un chico marcado, pero nada de eso importaba, no cuando su corazón se regocijaba al ver la profunda y cicatrizada herida en el cuello del chico.
Con la cabeza nublada de placer, delirante de gozo por estar con su ser amado, y seguro de que su presentimiento era correcto, abrió la boca grande, sintiendo un cosquilleo atravesar sus dientes que encajó en la espalda del chico, justo sobre una marca que no recordaba haber hecho, pero que sabía era de él.
Ritsu que quejó deliciosamente, sus ojos abotagados de lágrimas se cerraron un poco más y su garganta reseca por los jadeos emitió un sonido que alentó al otro a darle más de lo que ya le daba.
Su cabeza estaba en el infierno, en uno delicioso, estaba llena de destellos rojos atravesando la oscuridad, naciendo en su trasero, provocados por la virilidad del hombre que siempre amó, aunque no lo amara a él, y viajando a través de toda su columna vertebral hasta llegar a su cabeza, floreciendo ahí.
Todo era increíblemente delicioso, el dolor de las duras embestidas terminaba en ser puro placer, el ardor que el miembro del otro generaba al rozar sus paredes internas le calentaban el cuerpo y entibiaban su corazón; y cuando los dientes de Takano se encajaron de nuevo en su nuca algo dentro de sí gritó de felicidad y placer.
Estaba entre los brazos del que siempre había amado, estaba en el lugar en que siempre había querido estar, estaba en su sitio, al lado del que amaba, y no necesitaba nada más.
No necesitaba reproches, ni quejas, no necesitaba nada más que los besos y caricias del que lo besaba y acariciaba; en ese momento no importaba nada más que esa momentánea felicidad.
Pero los momentos se terminan y, tras días enteros de irrefrenable pasión, el de ojos olivo despertó a la realidad.
Sus ojos se abrieron con pesadez, y su cuerpo se negó a dejar la cama, no tenía fuerzas para eso, además, estaba atrapado entre los fuertes brazos de un hombre bastante diferente al joven que abandonó diez años atrás cuando entendió que no le amaría jamás, pero que sabía era él por la manera en que su cuerpo reaccionaba al otro.
Quiso salir corriendo, pero el cuerpo no le respondió. Se había sobre esforzado los días pasados, y la falta de condición hacía todo un poco peor. Y, aunque tenía la sensación de que las cosas serían malas al enfrentarlo, y de verdad se moría por evitarlo, se resignó a responsabilizarse de lo que debiera si es que se encontraba al otro despierto cuando se despertara otra vez.
Continúa...
Capítulo dedicado a angela199900, que no participó en la dinámica, pero ama esta pareja xD
Gracias hermosa por seguirme leyendo después de tanto.
¡Vuelvo muy pronto. Besitos hermosuras!
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PARA SIEMPRE MÍO
FanfictionTodo fue un malentendido, producto de la juventud y la inexperiencia; todo fueron mis nervios jugándome una mala pasada, rompiendo tu corazón sin querer; todo fue malo: perderte, extrañarte, necesitarte y, mucho más, el tiempo que pasé sin saber que...