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Advertencias

•En historia habrá menciones de consumo de drogas lícitas e ilícitas.
Bullying y homofobia.

Leer bajo tu propio riesgo.

•Top!Draco / Bottom!Harry.

•AU No-magico en la actualidad

•Un OC

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Un auto gris iba por la carretera, con un señor de cabello castaño y una radiante sonrisa. En el asiento del copiloto iba un chico de 16 años, de ojos verdes y negro cabello alborotado, este se encontraba con la mirada perdida. Entre sus manos tenía una barra de chocolate, sentía su textura con sus manos, olfateaba su dulce olor, escuchaba el crujido que provocaba al romperse, y probaba su dulce y delicioso sabor, pero siempre con su mirada al frente, como si no viera nada más que a un punto fijo.

Porque así era, el joven de ojos verdes, de nombre Harry Potter, era ciego.

En la parte trasera iba un pequeño de cabellera castaña y ojos cafés. Iba jugando con un cochecito que le habían comprado ya hace unos años.

—¡Harry! Juguemos— El adolescente soltó un exagerado suspiro y el hombre que iba manejando, que era padre de ambos, suponía que iba a haber una pelea.

—Sabes que no puedo jugar—

—si puedes, solo toma mi carrito y yo te guío—

—no tengo ganas de jugar, Liam— El pequeño se encogió en su asintio cuando su hermano levantó un poco la voz.

—Harry— advirtió el adulto —hablale bien a tu hermano, solo quiere pasar tiempo contigo— el de orbes verdes bufo y cruzo los brazos.

—Perdón Liam, no tengo ánimos para jugar, sigue jugando que cuando lleguemos al departamento quedarás exhausto— el menor abrió grande su boca y soltó un bostezo, causando que el adulto riera.

—Tu también, intenta dormir un poco hijo—

—bien— el castaño adolescente se recargo en la puerta del auto y cerró los ojos sin haber notado alguna diferencia a tenerlos abiertos, y se dispuso a descansar.

|•|

En un edificio había un departamento,
y en ese departamento había una habitación tan oscura y deprimente, en ella se encontraba un joven de cabellos rubios de 16 años de edad, se encontraba fumando un cigarro. A pesar de que la ventana del cuarto se encontraba abierta para liberar el humo, toda la habitación parecía cuarto de vapor, con mucho humo a su alrededor, con muchas colillas de cigarro en un cenicero que se encontraba en el buro al lado de su cama.

La puerta de su cuarto fue tocada e intentaron abrirla, sino fuera porque el
rubio colocó el seguro.

—Draco, ¿Por que tienes seguro puesto? Abreme hijo

—Voy, dame un segundo— Aprovechó el tiempo para tirar las colillas en el bote de basura, sacar todo el humo por la ventana y apagar el cigarro que ya tenía encendido.
Cuando creyó que ya toda la habitación estaba limpia, el rubio decidió abrir la puerta —¿Que pasó mamá?—

Del otro lado de la puerta se encontraba una alta mujer de cabellos rubios y hermosa piel blanca, casi tan blanca como la del adolescente —¿Que estabas haciendo?—

—eh, nada, algunas cosas—

—Draco, no soy tonta— el rubio apretó los labios —sigues fumando— no era pregunta, era afirmación.

Cuatro Sentidos|| DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora