Parte dos: doña fresia

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—¿Q-qué? —murmuró Jimin asustado. Dejó el frasco sobre la mesa y corrió hacia el interruptor, presionándolo infinitas veces para encender la luz pero obteniendo un resultado nulo.

Un jarrón cayendo al suelo y quebrándose en mil pedazos hizo a Jimin gritar asustado, sintiendo que el alma se le iba del cuerpo, seguramente su mayor ya había sentido el miedo a través del lazo por lo tanto no tardaría en llegar. —¿Quién anda ahí? ——preguntó casi con un hilo de voz, intentando encender la luz otra vez.

—Tu me invocaste~ —susurró alguien en su oído —Jijiji.

AHHHH —Jimin corrió al otro lado del comedor, alejándose del interruptor y volcándose con una silla que había a mitad de camino —¡¿Quién eres?!

¡El diablo!las luces comenzaron a encenderse y apagarse múltiples veces —¡Ohh, ya entiendo porqué estoy aquí!gritó eufórico, dejando las luces encendidas y levantando el frasco del amarre en el aire, pareciera que eso tenía vida propia, porque el supuesto diablo no se veía.

—¡Deja eso! —Jimin entró en pánico al ver su preciada creación en manos invisibles. Se levantó del suelo y se abalanzó sobre el frasco, sintiendo un escalofrío atravesarle el cuerpo.

Caíste en la vieja trampa de doña fresia, niño.le dijo burlón el supuesto diablo.

El omega bufó, no sabiendo a donde mirar para responderle —Si traje un espécimen raro a mi casa, no creo que estés equivocado.

Este lugar es muy bonitosintió un viento helado pasar por su cuello y detenerse en la marca de su alfa —Uhh se ve muy fresca ¿cuándo la renovaron? ¿hace un día?

Jimin gruñó bajito, sintiendo a su animal interior querer proteger la unión que tenía con Yoongi —Tranquilo, lobitomurmuró divertido, retirándose del cuello de Jimin para ir hacia el clóset de la pareja —Yo era un beta, tenía el cabello naranjo ¿sabias?— Jimin lo siguió hacia la habitación con el frasco en mano, viendo indignado las puertas abiertas y todas sus prendas en el suelo, ese diablo estaba buscando algo —Y siempre decían que mi sonrisa tenía forma de corazón  —en su desastrosa búsqueda encontró unos lentes de sol con bordes rojos, eran gigantes y redondos.

Jimin hizo una mueca de susto cuando el diablo sacó la cabeza del clóset y lo miró con los lentes puestos, como era invisible, solo se veían como unas gafas negras flotando en medio del vacío. —Te quedan...bien —dijo el omega dubitativo, pensando seriamente en cómo sacarlo de su casa.

—¿No tienes unos cachitos por casualidad?— volvió a meter la cabeza y tiró una caja al suelo, encontrando lo que quería al final del clóset —Se me verían divinos si tuviera vidadijo mientras se los calzaba en su cabellera invisible. Jimin se atoró con su saliva al ver de qué hablaba, esos cachos eran parte de un set de lencería qué él se compró para celebrar el quinto aniversario con su alfa.

¡Hey! No te ahoges, mira que yo no puedo hacer rcpjuntó las puertas y fue hacia los cajones, repitiendo el mismo proceso, sacando esta vez una capa negra con solapas rojas —¿Tenían una tienda de disfraces o algo?preguntó mientras se la calzaba en los hombros, dándole un aspecto bastante cómico.

—En realidad...un par de cosas que traes puestas son parte de un set de lencería que usé para...bueno, para lo que se usan ¿no?

Los cachos y los lentes lo miraron, estáticos—No puede ser...

¿Como sacar al diablo de mi casa? | YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora