Los últimos días no me había despegado de Kendall. Íbamos a desayunar, almorzar o cenar juntas. La acompañaba a sus photoshoot, ella a mis reuniones, literalmente habíamos pasado mañana, tarde y noche par a par.
Quería aprovechar el mayor tiempo posible con ella ya que probablemente no nos volveríamos a ver dentro de unos meses. Había salido una propuesta de trabajo muy importante y esta incluía viajar a Londres por tiempo indefinido.
-Kenny basta de mirarme así, vas a hacer que me quede -la castaña me miraba con un pequeño puchero.
-Tiempo indefinido es mucho Emi -deje la valija a un lado y me senté en la orilla de la cama a su lado.
-Sabes que cualquier día, a la hora que se te ocurra, con quien sea que estes, puedes subirte al jet e ir directo a verme linda -di una pequeña caricia en su mejilla.- Ven, ayúdame a terminar esto.
Terminamos en cuestión de minutos de armar todo, para irnos directo a la cama. Aunque no era tarde al otro día tenía que madrugar y Ken seguramente también.
-Quiero que estés aquí para mi cumpleaños -susurro la castaña sobre mi cuello, mientras se acomodaba.
-Te prometo que voy a ser la primera persona que veas Ken. - deje pequeñas caricias sobre su espalda hasta quedar profundamente dormida.
El molesto sonido repitente de la alarma me despertó al instante. Salí de la cama con mucho cuidado de no despertar a la castaña que dormía tranquilamente a mi lado.
Me metí directo a tomar una ducha caliente. Elegí ropa cómoda, me acerqué a la castaña depositando un beso en su frente.
-Emi vuelve a la cama -se escuchó en susurro la voz somnolienta de Kendall.
-Ya es hora de irme, nos vemos pronto cariño.
Mire por última vez a la castaña la cual reposaba en la cama, su respiración era tranquila y su ceño estaba totalmente relajado.
Cerré la puerta y deje la habitación en la cual empezaban a entrar pequeños rayos de luz.
Emilia se había ido hacia unas horas y sabía que pronto vendría ese sentimiento de nostalgia por no verla todos los días. Iba a extrañarla tanto.
Su habitación en la que todavía estaba, ya se encontraba repleta de luz. Pero no me quería levantar, no quería dejar la cama que estaba impregnada de su aroma. Una fragancia refinada, como ella le llama.
Después de unos minutos vi mi reloj y este marcaba las diez de la mañana. La rutina matutina tendría que haber empezado hace un buen rato.
Baje por un poco de café. Mientras veía el celular. Este sonó mostrando el nombre de nada más y nada menos que Kris Jenner.
-Hola Hija -Kris sonaba apurada como siempre.
-Buenos días mamá ¿Cómo estás?
-Muy bien ¿Dónde te encuentras?
-Estoy en la casa de Emilia.
-Bueno cariño ¿Emi ya está viajando a Londres?
Me sorprendía tanto cada vez que mencionaba a la rubia ya sea a mis hermanas o a mamá, literalmente todas dejaban de lado lo que estaban haciendo para escuchar atentas como, donde y cuando la rubia viajaba, tenía reuniones, si se encontraba triste, feliz y todo lo que ronde alrededor de ella.
-Si mamá, se fue a la madrugada -escuchaba como del otro lado se quejaban- ¿Estoy en altavoz?
-Si cariño, tus hermanas también querían saber de Em, tendríamos que haber organizado una cena de despedida. Como las que le gustan a ella-si no la conociera tan bien a Kris juraría que suena normal, pero sé que se está lamentando. - Hija tengo que irme, acuérdate que hoy tienes una reunión a las cinco en las oficinas de Vogue, el photoshoot con Calvin Klein a las seis y con tus hermanas otro a las ocho. Te amo.
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Me estas enamorando | Kendall Jenner.
Romance¿Nos enamoramos de verdad o es un simple juego?