Después de la visita a la familia de Kim su trabajo lo había absorbido completamente, no tenía tiempo para hablar con nadie más que no fueran su jefe y su compañero de patrullaje, tampoco era como si tuviera con quién más hablar, le gustaría tener el tiempo para enviarle un corto mensaje a DongYoung preguntándole cómo estaba todo. A veces se preguntaba cómo iba a mantener una relación de amistad con el menor si ninguno de los dos tenía el tiempo para hablarse o salir, luego se regañaba por tener esos pensamientos pues las cosas entre ellos solo debían ser profesionales.
No se le podía culpar por ser un completo inexperto en las relaciones personales pues a sus 28 años solo se había relacionado con sus tíos (discutió con ellos, se fue de la casa y no volvió a hablarles), Johnny (nunca acepta sus salidas, lo ignora cuando está en el trabajo y se molesta con él la mayor parte del tiempo), Yuta (es un pesado) y ahora DongYoung junto al pequeño Jisung (no sabe cómo definir esa relación). Por esas razones no se le podía exigir tanto a un adulto que hace pocas semanas se dio cuenta que necesitaba cambiar su vida, pues las oportunidades de ser feliz se le escapaban de las manos, justo como las directas insinuaciones que la vida le daba para que él y DongYoung pudieran seguir compartiendo tiempo fuera de las responsabilidades legales de Jisung.
Justo ese viernes que se encontraba terminando el informa de la visita de seguridad que le habían hecho a la familia Kim, la llamada de un número desconocido le dio de nuevo una señal de que el universo estaba haciendo todo lo posible para que él mejorara su capacidad social.
- Taeyongiee – una voz algo aguda y familiar invadió su oreja cuando contestó.
- ¿Seok..jin? – miró el teléfono para revisar de nuevo el número que le marcaba– ¿pasó algo?, ¿todo está bien?, estoy trabajando, pero podría...
- ¡Ugh! A veces pienso que Yoongi y tú son la misma persona. No debí dejarte a su cuidado tanto tiempo – Taeyong bufó con gracia recordando como su tío siempre solía decirle eso cuando Yoongi y él se ponían en su contra – Estoy bien, estoy bien. ¿acaso no puedo llamar?
- Claro que puedes, tío Jin, me alegra escuchar tu voz – No mentía, podría ser pésimo socializando, pero ahí estaba la señal que lo impulsaba a ser sincero - ¿Estás llorando?
- N-o – la voz sonó nasal dándole a entender que sí lloraba, causándole mucha más risa ¿cómo era que había podido abandonar a la persona que más amaba? – Escucha tú, mocoso malvado, le haré una fiesta sorpresa a Yoongi por su cumpleaños y necesito que lo distraigas por unas horas.
- Pero, yo no creo...
- Ya invité a tu amiguito Doyoungie y al pequeño Jisung. Quedaron de ayudarme con la decoración, ya planeé todo, vendrás a recogerlo a las once y deben estar acá de nuevo a las dos de la tarde. Nos vemos mañana, te quiero.
Sin más colgó la llamada dejando a Taeyong con un montón de dudas y un mohín de disgusto en su rostro que no pasó desapercibido por su jefe que justamente entraba a su oficina con un archivo en sus manos. Johnny se rio apenas vio el rostro de disgusto de su amigo, ese gigante tenía demasiada información sobre él que le permitía entender lo que pasaba con tan solo mirarlo a los ojos.
- ¿Fiesta este sábado? – se burló haciendo que Taeyong se quejara aún más - ¡Ay, vamos! Tío Jin siempre organiza las mejores fiestas.
- Lo recuerdo – sonrió tan cálido que hasta Johnny se sorprendió – Fueron diez largos años ¿no lo crees?
- Ni que lo digas, ese hombre nos iba a enloquecer a Yoongi y a mí cada que no ibas a sus fiestas de cumpleaños – sabía que lo decía bromeando, pero su corazón resintió el imaginar a su tío sentado abrazando sus piernas mientras lloraba, como a veces lo encontraba en las noches cuando creía que todos dormían
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Home [TaeDo]
FanfictionLa tragedia toca la puerta de la monótona, aburrida y triste vida de Kim DongYoung para ponerle todo de cabeza, pero para mostrarle una vida donde puede ser feliz con el policía que le dio el regalo más hermoso de todos en la noche más difícil de to...