Capítulo 7

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En un palacio enorme se encontraba un hombre sumido en el trabajo.

- No crees que ya estás en la edad adecuada para casarte.

- No me interesa.

- Pero es tu deber como emperador dar un heredero al trono.

Si el hombre que se encontraba trabajando sin descanso, es el emperador de Sirius, Christopher Von Treomp Sirius más conocido como el demonio sanguinario, un héroe de guerra el hombre más codiciado en el Imperio, y quien le hablaba era nada más y menos el duque Catrin, Peitron Catrin, secretario, confidente y amigo del emperador.

- No me digas que hacer, tengo muy entendido eso.

-Pero los nobles siguen preguntándose hasta cuando el puesto de emperatriz va quedar vacía.

-Los nobles son codiciosos no has visto como mandan un sin número de mujeres al palacio para tener mi favor.

-Pero...

- No digas más que esta empezando a doler la cabeza- dijo el hombre frunciendo sus cejas.

- Me retiro entonces.

El emperador solo le hizo un gesto de aprobación, estando solo se sumergió en su silla e hizo un profundo suspiro y se tocó la frente, estaba cansado de sus responsabilidades, si seguían hablando de tener un heredero, pondría a su sobrino como heredero, después de todo el niño apenas tiene 5 años y no tiene a nadie, su familia murió a una edad temprana.

Después de pensar un tiempo decidió continuar con su trabajo cuando estaba a punto de culminar el trabajo del día se le cayó el collar que tenía puesto, cuando lo recogió se pudo ver que era un cristal negro que tenia forma de corazón, no era collar lujoso sino simple y sencillo pero a la vez hermoso, después de todo eso collar fue regalado por una persona valiosa.

Al mirar el cristal en farma de corazón vino ha el un recuerdo lejano, cuando había cumplido los 11 años su tío le tendió una trampa y fue vendido como esclavo en el reino de Rister, pero logró escapar antes de ser vendido a una familia acaudalada, mientras escapaba se encontró en un pequeño pueblo rústico donde conoció a una niña grosera pero amable, cuando la niña lo encontró le tendió la mano pero el la golpeó era un niño desconfiado de todo no creía en nadie, sin embargo en vez de que la niña se enfadara le sonrió y lo arrastró a una pequeña casa humilde y curó sus heridas y le dio alimento.

-Oye niño porque estás así.

- No soy un niño soy un caballero, y el príncipe heredero del Imperio de Sirius- dijo el joven emperador con un puchero.

- Si, si lo que tu digas- dijo la niña sin creerle.

-Y por cierto que haces solo aquí y tus padres.

- Ya no están en este mundo- dijo el niño con una cara triste.

- Lo siento mucho.

- Esta bien.

- Por cierto y tus padres.

- Tampoco tengo.

- Pero esta mal que una niña viva sola.

-Oh no tranquilo, no soy una niña débil a demás tengo ya ocho años, y no vivo sola vivo con mi mejor amiga, ella se llama Alicia y es muy linda.

- Y donde esta tu amiga.

-Dijo que iría a buscar algo.

- Entonces esta bien ya es hora de que me vaya.

- En serio ya te vas pronto.

- Mi gente, ha de estar buscando, necesito informarles que estoy bien.

- Mmm entonces toma esto.

-Que esto, solo es un cristal en forma de cristal.

- No es un simple cristal es un amuleto de buena suerte.

- Pff está bien gracias.

- No te rías es verdad- dijo la niña enojada.

- jajaja esta bien.

- Oye no te rías- dijo la niña dando manotazos al niño más grande que ella.

- Por cierto me podrías decir tu nombre pequeña señorita.

- Liliana es mi nombre pero mis amigos me pueden llamar Ana.

-Liliana, es un bonito nombre, cuando nos volvamos a ver te lo recompensare.

- Mmm en serio, entonces que tal en vez de la recompensa, nos casamos cuando seamos grandes.

- Eh

- Si mi sueño es formar una familia feliz.

- Pero no crees que tu sueño no es muy infantil, las familias no siempre suelen ser felices.

- No, yo quiero eso.

- Entonces lo prometo

Entonces la niña brinco de felicidad, y le dio un abrazo.

El niño se puso rígido ante el comportamiento de la niña pero no la apartó sintió que el abrazo que le dio, era cálido y relajante y con eso se despidieron.

Al llegar al imperio el joven Christopher, decidió hacerse más fuerte, y participar en la guerra que se había desatado durando cinco años al terminar la guerra, logró alcanzar grandes logros, decidiendo así deshacerse de aquellos que conspiraban en su contra y entre ellos un gran número de sus parientes estaban involucrados, así que los exterminó uno por uno, hasta que se lo coronó como emperador transcurrieron tres años más.

Ya un adulto Christopher regresó al lugar donde conoció a la niña pero no había rastro de ella.

Paso un año entero buscándola, pero no encontró rastro alguno.

- Christopher, has estado biscandonun año entero a una mujer que posiblemente no exista, será mejor que desistas.

- Ella es real, Peitron.

- Si, esta bien, por cierto ha llegado una invitación.

- No es necesario ir.

- Pero es una invitación del reino de Rister.

- Y que tiene eso de importante.

- No cree que es mejor, hacer conocer su posición como emperador, a los diferentes reinos y entablar lazos.

- Mmm esta bien y de que se trata la invitación.

- Ah el rey le hace una invitación a su boda, se dice que la novia es de un origen desconocido y que nadie la a visto aún pero dicen que es sumamente hermosa.

- No me interesan los chismes pero iré por cortesía.

- Haz los preparativos para partir al reino de Rister y prepara el regalo para la boda.

-Entendido.

Cuando el emperador llegó al reino de Rister como invitado, fue tratado de la mejor forma, pero para el todo era aburrido adiaba hacer este tipo de cosas, pero cuando terminó la boda y comenzaba la recepción, el emperador se iba a ir ya que no aguantaba estar ahí pero Peitron lo llevo a saludar a la paraje recién casada.

-Saludos al rey y reina, les deseo un próspero matrimonio.

-Oh muchas gracias por sus palabras.

Cuando Christopher escuchó esas palabras, miró a la persona que las dijo y no pudo haber imaginado que la chica que tanto buscaba era ahora la esposa de otro hombre, era irónica esta situación, le causa gracia, así que se río a carcajadas pese a ser una muestra irrespetuosa, no le importa ya nada le importaba, Peitron se puso nervioso y se disculpó por la situación incomoda, llevando se así al emperador.

Después de esa situación no volvió a salir y se arraigó en su despacho trabajando.






Soy la madre de la villana Amelia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora