Lejos de ti

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Los días pasaban sin ninguna expresión en su rostro. Se había dedicado al 100 a obedecer a su padre.

El gran jefe sentía orgullo de ver a su primogénito trabajando como siempre.

No sentía el más mínimo remordimiento.

Meliodas terminaba una misión, subió a su motocicleta y puso marcha hacia el punto de reunión.

Se detuvo en un semáforo.

Y pudo ver a lo lejos como Elizabeth caminaba por la calle.

Sintió como el alma le regresaba a su cuerpo.

La miró caminar como si el tiempo se hubiera detenido en ese instante.

Saco su móvil del bolsillo y lo apagó.

En cuanto el semáforo cambio a verde.

Avanzo rápido hasta ella.

Se detuvo y Elizabeth lo miro.

Sus miradas se decían todo.

Se extrañaban mutuamente.

Se abrazaron y unas lágrimas cayeron sobre sus mejillas.

Elizabeth subió a su moto y el avanzo sin dudarlo.

Llegaron a la casa de ella.

Metió la motocicleta y subieron rápido a la habitación de ella.

La ropa caia, sus cuerpos estaban tan necesitados uno del otro que con sus caricias bastaba.

La hizo suya de una manera tan desesperante.

Cómo si fuera la primera vez

Terminó dentro de ella y se mantuvo asi, mientras la abrazaba.

Elizabeth recostó su cabeza sobre el pecho desnudo de su rubio amado.

Pero debia irse

La alejo difícilmente de el y con todo su pesar comenzó a vestirse mientras ella lo veía sentada desnuda sobre su cama

Una lágrima cayó.

Meliodas giro hacia ella

Le dolía verla así.

-Perdoname Elizabeth, debo seguir siendo ese ladrón. Por tu bien, todo lo hago por ti. Eres mi vida entera y aunque tenga que vivir lejos de ti. Aunque no pueda verte todos los días, yo estaré seguro que estarás bien. Te amo.-

Lo sabía bien. Aunque no estaba de acuerdo con seguir así. Tenía que aceptar que el padre de Meliodas era una persona mala.

Asintió con la cabeza mientras seguía llorando.

El rubio la abrazo de nuevo y la besó tiernamente.

Salió de la habitación y se fue de ahí









~ Ladrón de noche ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora