Izuku siempre ah sufrido.
Si no fuera por su padre quien abandonó a su madre cuando el solo tenía cuatro año, quizás la mayoría de las malas cosas que le ocurren no hubieran pasado.
Cuando su madre fue dejada por Hizashi, ella entró en depresión, comía por ansiedad, lloraba mucho, y dormía poco.
Esa depresión se contagió al pecoso, quien se presentó como Omega cuando tenía seis años.Izuku tomó los malos hábitos alimenticios de su madre, poco a poco su pequeño cuarto fue engordando, y para cuándo tenía doce años era una persona muy distinta a como era de pequeño.
Su carita se volvió más redonda, mejillas grandes, con muchos granos. El Omega sufría de miopía, así que tenía que usar lentes para ver mejor, eran negros y gruesos.
Los dientes del pecoso estaban algo chuecos, por lo que su madre le llevó al dentista y le colocaron frenillos para que se acomodarán.
Sinceramente su aspecto no era el mejor, pero Izuku era una masita de amor pura, tímido y muy amable. Aunque eso no le salvaban de los malos tratos en su escuela.
Los niños podían ser muy crueles, y eso, Izuku lo sabía a la perfección. Ellos no solo se burlaban de su aparecía, si no que también llegaban hasta el punto de golpearlo y dañarle sus cosas.
Pero no todo era tan malo, Izuku tenía a su mejor amigo, siempre había estado con él en toda su vida, incluso en su infancia.
—Oí Deku, se nos hace tarde apúrate.- el Omega que estaba perdido en sus pensamientos alzó el rostro encontrándose con un ceño fruncido y mirada rubí.
—Ya voy, Kacchan.- Izuku sonrió mostrando sus frenillos, se levantó de su asiento y guardó rápidamente sus cosas en su mochila.
Era el último día de estudio antes de las vacaciones de verano, después de eso, tendrían dos meses enteros para relajarse y disfrutar del calor que traía la estación.
—¿Y que harás éstas vacaciones, Kacchan?- preguntó el peli-verde cuando iban por los pasillos hacia afuera, el rubio solo suspiró con pesadez.
—Los viejos tienen organizado un viaje, y no me dejaron quedar solo en casa, según ellos "aún soy muy joven".- Katsuki habló con fastidio haciendo comillas con los dedos en la última frase, odiaba eso, ya tenía casi dieciséis, ¿No podían dejarle solo en casa por una vez en su adolescencia?
—Ouh.- Izuku apretó los labios, triste, el no tenía nada planeado para el verano, su madre trabajaba y no podía tomarse vacaciones.— pues yo no saldré para ninguna parte, creo que solo disfrutaré de mis días libres en casa.
El peli-verde solo se rascó el cuello sonriendo tímidamente, la verdad pasar el día verano en casa no sonaba tan mal, lo que lo ponía triste era que no podría ver a su amigo por dos meses.
Pero al menos tenían ese día, y no era tan malo, nadie les había molestado por algo, aunque sinceramente le pareció extraño eso. Aunque quizás la emoción de que era el último día antes de las vacaciones puso a sus "abusadores" de buenas, y los dejaron en paz.
Aunque era demasiado bueno para ser verdad.
—Miren, ahí van el puerco y su escolta.- la voz venenosa de cierta persona sonó en el pasillo, Izuku quiso desaparecer del lugar, pues todos los que estaban por allí les miraron, y se estaban riendo de ellos.
—Ya decía yo que no podías pasar un maldito día sin que te estés metiéndo un consolador en el culo, Monoma.- Katsuki habló, furioso, el también creyó que al menos podrían disfrutar de ese último día de clase en paz, pero como siempre, nunca tenía suerte.
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Te amo como eres. (Katsudeku./Omegaverse.)
FanfictionNuestro protagonista, Midoriya Izuku, es un dulce Omega. Aunque su personalidad no tiene nada que ver con lo que le ocurre. Sufre abusos en su preparatoria al ser un Omega, nerd, con lentes gruesos y gordo. Su mejor amigo siempre se mete en problema...