Two ghost

Primer día

-Muy bien, entonces ¿Alex?- Un castaño miraba extrañado al rubio frente a él, no tenía pinta de criminal, recordaba muy bien a sus antiguos compañeros de celda y ninguno se veía como si acabara de llegar de unas vacaciones por el Caribe. Ojos celestes, pelo rubio, piel bronceada, si hasta tenía unos calcetines Gucci.

-Sí, vos sos Junior- El nombrado asintió- Mira, para dejar las cosas claras, no vengo a hacer amigos ni nada por el estilo, no me molestes y yo no te molestaré, estaré solo cuatro meses aquí.

-Correcto niño, voy a aclararte un par de cosas. Deberías empezar a saber que aquí no es igual que afuera, no vas a llevarte a nadie por delante sólo porque estás forrado en dinero, segundo, no quiero ser tu amigo, no te conozco y por lo que veo solo eres un chiquillo mimado que no sabe valorar lo que tiene, tercero, no te preocupes que yo también estaré fuera de aquí en cuatro meses. Ahora, bájate del pedestal en el que te colocaron, o no saldrás de aquí con vida.- Dios, lo estresaban aquellos estupidos hijos de papi que se creían gangster, si él hubiera tenido solo una oportunidad como la de ellos ya estaría en la mejor universidad del país, maldita vida y sus estupidas desiciones.

-No sé quién te crees, pero no sabes nada de mi- Alex miró con rabia aquellos ojos negros como el cielo de invierno cuando se avecinaban tormentas.

-¿Ah no? Mira, es muy fácil. Si te pusieron aquí conmigo es porque alguien importante habló con él director, eso significa que alguien se preocupa por ti, la mayoría de los que estamos aquí no tenemos a nadie esperando en casa. Llevas esos malditos calcetines Gucci que valen más que mi misera existencia. Tienes la cabeza tan alta que solo con verte te imagino con un traje Dior caminando detrás de papi dando órdenes en una oficina.- Definitivamente no esperaba lo que vino después, sintió como lo golpeaban, bien, iba a ser un muy molesto compañero de celda si empezaban así. Junior devolvió el golpe, no se iba a quedar atrás, aunque eso le costara un castigo.

-Tienes que aprender a no abrir la boca, jodido hijo de puta- Alex intentaba esquivar los golpes del castaño.

-Deberías haberte callado para empezar, cobarde- Junior intentaba golpear al rubio, deseaba tanto romperle aquella linda nariz.

-JUNIOR, ALEX!- Un enfurecido oficial entraba para separar a los dos chicos.- A la oficina del director, ya.

Ambos muchachos se separaron y se gruñeron como animales.

-YA!