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A la mañana siguiente me desperté gracias a mi hermana y me vestí apresuradamente. Eran las 8:20 ¿Cómo había podido dormirme?
Salí de casa a la carrera y a la entrada me choqué con alguien.
-Ostia ¿Estás bien? -pregunto el rubio, al ver como asentía me ayudo a recoger todo lo que se me había caído- soy Hugo.
Sabía quien era, estaba ayer en teatro, aunque claro estaría tan ocupado con los labios de la morena que no se dio ni cuenta de que había más gente ahí.
-Lo se -respondí y entre, pero noté su mano agarrando mi brazo. Arquee mis cejas y el respondió a mi gesto con una sonrisa socarrona.
-El pringao de gafas que propuso lo del libro es tu novio ¿Verdad?
-No te importa -le mire mientras me soltaba bruscamente y entre mientras oía como el rubio me gritaba un “No te vas a librar de mi”. Cuando llegue a clase me senté al lado de Fla y note como una sonrisa inundaba mi cara nada más ver su cara de por fin.
Cuando llego el recreo Flavio dejo un beso en mi frente.
- ¿Por qué has tardado tanto?
-El imbécil ese de teatro que se cree que todo el mundo tiene que estar a sus pies.
- ¿Hugo?
-Ese.
-Ese grupito se creen los reyes del campus, antes la rubia esa me ha estado interrogando.
-Querrán molestar a los nuevos o algo, no te rayes anda -acaricie su pelo- guapo eres.
-Tú más -respondió el y dejo un suave beso en mis labios.
Nos separamos al oír unos aplausos y ver al grupo de Hugo y la otra rubia. Me levante del banco para contestarle, pero note la mano de Flavio tirando de la mía hacia otro lado.
-Pasa de ellos -murmuro acariciando el dorso de mi mano con su pulgar, yo solo asentí y le abracé.
- ¿Te vienes a casa a dormir? Te juro que mi hermana hoy no viene, no te digo que vayamos a hacer nada, pero al menos así no me tiraras de la cama cuando oigas un ruido -rio mirando hacia donde estaba.
-Fue una vez Anaju -rio él- una maldita vez. Pero si, iré y te llevare la cena.
- ¿Tienes conservatorio hoy? -el asintió sacando su paquete de tabaco- ¿A qué hora?
-De seis a siete.
-Pues si quieres te paso a buscar, vamos a cenar por ahí y después vamos a mi casa y vemos una peli o lo que quieras.
Flavio asintió y se fue a clase prometiendo que me esperaría a la salida.
Cuando entre solo había sitio al lado de una morena del grupo de Hugo, me senté y la chica me sonrío.
-Soy Nia.
-Anaju -respondí algo borde la verdad.
-No soy como ellos, solo voy en su grupo porque mi novio se lleva con ellos -suspiro ella- estoy hasta las narices de que le intenten hundir la vida a gente como tú.
-Perdón, pensaba que eras igual que ellos ¿Se creen los reyes o algo?
-Eva antes no era así, es más era mi mejor amiga, pero empezó a juntarse con Sam, Hugo y demás y cambio. Hay quien dice que la paso algo, pero no lo sé, solo puedo decirte que un día fui a saludarla y me ignoro.
-La gente cambia y a veces a peor -Nia asintió dándome la razón.
-Definitivamente eso le paso a Eva -añadió Nia- incluso os habríais llevado bien.
-Eso es más complicado -añadí con una risa sarcástica.
-De verdad, Eva era un bollito -suspiro con nostalgia- era un amor de persona, la típica amiga que te espera a la entrada a riesgo de llegar tarde o te espera a que recojas todo después de clase para acompañarte a casa a pesar de que la pille a tomar por saco.
- ¿Echas de menos a la que era antes?
-Muchísimo, te juro que era genial. También era popular -alzo la vista para mirar a la persona de quien hablamos- mírala, con esa cara y ese cuerpo quien no sería popular -soltó otro suspiro- pero eligió al novio antes que, a los amigos y cambio a su grupo de siempre, al que la había apoyado cuando no era nadie y todos se reían de ella por querer ser actriz. Nos cambio por unos tipos que no valen un duro, así que supongo que en el fondo se merece que la gente la relacione con ellos y ya no caiga tan bien como antes.
-Esto -carraspee notando una incomodidad que eclipsaba su conversación- mi novio esta tarde tiene conservatorio y mi hermana se ira a trabajar, si quieres te puedes pasar y no sé, vemos una peli o algo. Pero solo si te apetece claro.
-Si, claro que me apetece. Prefiero quedar contigo que irme con el puticomando -añadió con una escandalosa carcajada que consiguió que fuéramos expulsadas de clase lo que quedaba de hora.