Blanco Y Negro

03.¿Así que Bioquímica?

Capítulo Tres.

¿Así que Bioquímica?

ZIA AVERY

Actué un tanto indiferente con Nate, las cosas que se dijeron en el aparcadero, no se tenían que tocar ese día, estaba molesta con la decisión que Henry tomó.

Esa situación me dio a entender que ellos también habían tenido una plática, acerca de los sentimientos que teníamos.

Tal vez, ya era el momento de dejar las cartas sobre la mesa, pero al menos yo esperaba que Nate diera el primer paso, no quería quedar como la chica chiflada delante de toda la escuela.

Por otro lado, estaba decidida a saber la clase que compartía con Peter. No tenía la más mínima idea de donde comenzar, lo único que se me ocurrió fue stalkear sus redes sociales.

No había nada, parecía que le gustaba tener su vida en privado. Mi investigación fue un fracaso.

Resoplé agotada, apenas me recosté en mi cama. Mi mente aún seguía buscando la manera de tener la respuesta a mi incógnita, justo cuando creí haber perdido mis toques de FBI, recordé la ocasión en que Farah me hizo buscar entre las listas de la escuela, para poder encontrarse casualmente, con el chico de la fiesta, del cual no dejó de hablar por días.

Esta ocasión resultó ser más sencilla, tenía que ir a los listados de cada materia que cursaba. De las ocho ya llevaba siete y en ninguna figuraba. Hasta que entre al apartado de Bioquímica, su nombre estaba ahí.

MÜLLER PETER.
Te encontré, dije para mis adentros.

Por inercia mi vista viajó al reloj de la computadora 12:00 A.M., no creí que esto me tomara tanto tiempo. Ya era la hora de dormir, al día siguiente, mi primera clase era con la Señorita Minerva.

-Ya estoy en casa.

Una voz me despertó, abrí los ojos lentamente. Mi vista estuvo un poco nublada, antes de adaptarse al ambiente. Observe la luz del pasillo que pasaba por abajo de mi puerta.

YO LAS HABÍA APAGADO

-Claro, mañana nos vemos en el hospital.
Nuevamente la voz habló, a tientas busqué mis pantuflas para poder salir y ver quien estaba en casa.
Abrí la puerta y eché un vistazo al pasillo, no había nadie.

- ¿Dorotea? -pregunté, mientras me frotaba los ojos.
-Hola, preciosa.
-Papá-corrí abrasarlo- ¡Te eché de menos! ¿No nos veríamos hasta el fin de semana?

-Perdón por despertarte, las cosas se adelantaron y ya quería estar en casa. Yo te extrañé aún más.

Mi papá estaba tomando el lugar de mi abuela en los Hospitales que teníamos, regularmente no pasaba tantos días fuera de casa, debido a que la cede más grande estaba en nuestra ciudad.

-¿Cómo estuvo todo? ¿Te fue bien? - me callé, sabía que lo último que quería era hablar del trabajo.
-Fue una de las cosas más intensas que he hecho, aparte de criarte- dijo un tanto bromista. -dentro de unos cuantos años, te tocará tomar mi lugar.
-¡Uy!, que gran alivio- mencioné dramáticamente.

Papá soltó una risotada que resonó por todo el pasillo. Lo Admiraba demasiado, incluso aún de haber llegado cansado, tenía tiempo para mí y como siempre nuestra plática fue muy amena, sin darnos cuenta ya eran las cinco de la mañana, me obligó a irme a la cama. Ya que, si esa fuera mi decisión, nos hubiéramos quedado hablando hasta más tarde.

-Lo sabía, Zia no vas a llegar a la escuela, si no te das prisa-musito-Le dije a tu papá, que no te despertara.
No sentí el tiempo que dormí, parecía que apenas acababa de cerrar mis ojos justo cuando Dorotea habló.
-Date prisa,dejaste tu ropa está en el sillón. -dijo, antes de azotar la puerta.
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Llegué a la escuela con diez minutos de sobra, mis piernas dolían por el esfuerzo que estaba haciendo, corriendo por los edificios para llegar a la clase de Matemáticas. Justo cuando me encontraba a fuera de la construcción sonó la campana.
Aun así, decidí subir a mi aula, con la esperanza de que la Señorita Minerva me dejará entrar.

Me detuve frente a la puerta del salón de clases y vi su letrero colgado.

NOS VEMOS A LAS 7:00 A.M.
6:50 ESTAS A TIEMPO
7:00 JUSTO A TIEMPO.
7:01 Estás TARDE Y SI Estás TARDE, MEJOR NO INTERRUMPAS LA CLASE.

-Solo fueron tres malditos minutos-dije enojada.
La observé a través de la ventana del salón y a su vez se le dibujó una sonrisa de diablo.

Sabía que era estricta, pero no a este grado, no podía creer que nadie le decía nada, solo por qué era una de las maestras más longevas de la escuela.

Me quede sentada en el suelo, para ver si se apiadaba de mí, por el hecho de mis buenas notas y que siempre la apoyaba.

Pasaron unos diez minutos y nunca abrió la puerta.

¡Genial!

Me levanté, llevando conmigo lo que me quedaba de dignidad.
Fatigada, caminé a las afueras del edificio para poder llegar a una de las bancas que se encontraba aún lado de las albercas.
Ese asiento me gustaba tanto, por el hermoso árbol palo de rosa, que nos regalaba una sombra espectacular.

Mi vista viajó hasta ese lugar, Peter se encontraba ahí sentado. Mis pies se movieron hacia él, como si ellos contaran con vida propia.

-Bioquímica- dije, mientras me acomodaba a su lado- Es la materia que compartimos.
-¿Qué haces aquí? - preguntó con el entrecejo fruncido.
-No tuve ganas de entrar a clases- mencioné con sarcasmo.

Volteo a verme con incredulidad, mientras de su pantalón sacaba un porro y se lo acomodaba entre sus labios.

-¡Valla!, Así que investigaste-antes de seguir hablando, prendió su cigarro-No creí que lo fueras hacer.

-No me costó tanto trabajo-mentí.
Me regaló una sonrisa fingida.

-¿Desde cuándo tienes algo con Nate? -preguntó, alzando las cejas.

- ¿Cómo sabes eso? -me encontraba nerviosa y presentía que me estaba abochornando.

-Es obvio, además vi el espectáculo que tu amigo nos regaló el viernes. -rio y dio una calada.

-Es algo complicado-admití.

-¿Te gusta Nate? -Me cuestionó, ladeando la cabeza hacía mí. -¿Por qué no has intentado decirle?

-Sí, pero no quiero arruinar nuestra amistad y además no voy a dar el primer paso-hablé desanimada.

-Que interesante, si no lo intentas no sabrás lo que puede ocurrir entre ustedes.

-Apenas hemos conversado unas cuantas veces y ya me dices que hacer-mencioné con diversión, para poder cambiar de tema.

-Haz lo que quieras, Zia-mustió con disgusto.
El timbre de cambio de hora, hizo que me sobresaltara.

-Hasta el miércoles, Zia, no debes llegar tarde a esta clase. - Peter se despidió.

-Nos vemos luego, Müller-me incliné para recoger mi mochila, cuando me enderecé, él ya se encontraba a una determinada distancia, lejos de mí.
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Nota de la autora: Hola, estoy de vuelta con esta actualización.

Estas semanas han sido demasiado cansadas, entregando todo lo de mi parcial, pero ustedes merecen de mi tiempo.

Si ustedes también tuvieron una semana de locos voten (JAJAJA okey no), mil gracias por su amor, pequeña familia.

Dejen un comentario para alegrarme (Bueno si quieren) JAJAJA.

Pd: ¿Creen que Peter se puso celoso?

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-Nos vemos hasta la próxima actualización. XOXO @rasmussen0232