Vivir no debería ser una opción

13 0 0
                                    


He comenzado a llamar a mis vidas como una historia.

A la primera llamé El capricho de una reina, aunque me enteré que usaron a medias mí historia para crear otra, no los culpo no la vivieron, si lo hubieran hecho, no sé, pienso que el resultado habría sido diferente.

La segunda la he titulado Nubes grises, porque eso pienso de esa vida, entendí que no era buena para dar cariño, quizás tendría mejor suerte interactuando con otros sin dar mis sentimientos.

La tercera, Vanidad, ese sería su nombre perfecto porque mí vanidad casi trae un desastre y muchos inocentes hubieran perecido si no lo hubiera hecho desde el comienzo.

La cuarta, la vi como una Oportunidad, así que ese sería su título. Un deseo de cambio de algún modo porque no sé si habrá siguiente vida, aunque me temo que el ángel sigue jugando su juego retorcido y volveré a vivir...

Lo que temía sucedió, volví a vivir y está vez...

Un amargo grito se escapó de mi boca.

Un ángel de blanco, es como la gente del lugar me llamaron. Al despertar estaba en el cuerpo de una mujer de cuarenta años, mí ubicación actual es en algún sitio tropical, el idioma no me resulta del todo conocido aún y me cabeza me duele, parece que tengo fiebre, veo rostros asustados, parecen llorar por mí, pero no entiendo por qué.

Con fiebres incesantes y dolor en todo el cuerpo, mí nueva vida se debatía en las puertas de la vida y la muerte tantas veces que comencé a ver pedazos de mis vidas previas antes de olvidarlos, tal como se escucha, he comenzado a olvidar y me preocupa.

Olvidar mis vidas pasadas siempre ha sido algo que he temido en el fondo de mi corazón por uno u otro motivo, después de todo tengo una excusa para cada vida y a la vez no tengo ninguna, que sea lo suficientemente buena. Creo que comenzaré a extrañar aquello que olvido. Pero eso solo lo sabré cuando retome la consciencia de nuevo.

Tres días pasaron y estaba muriendo de nuevo, a este ritmo sería la vida más corta de todas, fue entonces que comencé a desear vivir y los recuerdos de este cuerpo llegaron como una lluvia sin ánimos de terminar. No sé lo que otros vieron, pero sus caras de pánico estaban desconcertándome, lo que yo sentí era que mi cabeza se desgarraba y mi cuerpo caía a pedazos, lo que vi fue mis venas brotando y mi cuerpo retorciéndose, pensándolo bien es algo aterrador, no los culpo.

Pasé tres días más bajo los cuidados arduos de aquella gente y al fin me estabilicé, escuché varias palabras extrañas, pero las sentí familiar. Poco a poco los recuerdos de esta vida me mostraron lo que me faltaba, era una doctora.

Tras la primera Guerra mundial varios grupos intentaron poner algo de orden al mundo, pero los intereses mueven más y mundo no alcanzaría a lograrlo, la paz era una sueño imposible para quienes en conflicto permanente, no solo con otros sino también con sus propios demonios, en consecuencia, mi pequeña agrupación comenzó a tomar vigor, éramos tontos idealistas que creían que ayudando a países subdesarrollados con sus enfermedades podríamos darle algo de ese orden faltante al mundo, realmente éramos pocos.

Ya existe una agrupación de tipo médico que ayuda en varios sitios, pero no estamos del todo de acuerdo a lo que hacen por eso vamos a nuestro propio ritmo a lugares donde ellos no llegan con la esperanza que algún día seamos muchos...

Llevo en este sitio durante 4 o 6 meses aproximadamente, pare mí ha sido una vida entera, según lo que se, fui una niña mimada que estudió medicina y luego me rebelé contra mis padres y me sumé a esta locura. He vivido a este ritmo de pueblo en pueblo hasta que víctima de una de las enfermedades endémicas, en mi caso: paludismo.

Me ilusioné con esta idea de ayudar y espero ver el resultado algún día.

Diez años más tarde.

Seguimos rondando por algún ladito del mundo, pero mis compañeros han caído uno a uno, los motivos son varios. Esperamos que sirva de algo o que sea una buena semilla para los siguientes que vengan.

En cuanto me desperté en esta vida comencé a escribir un diario que espero que nadie encuentre, es más más en uno de mis viajes a New York lo dejé en la bóveda de un banco y dejaría ahí cada que pueda uno nuevo, para otros puede no tener sentido, pero para mí es mi historia la que deseo conocer a futuro.

Me voy sintiendo cansada, diez han años ha suficientes para mí en esta vida y no quiero vivir más, últimamente comencé a toser sangre y estoy agotada, no puedo atender más y voluntariamente me aislé lejos de cualquier otra persona. Pedí a quienes viven en el lugar que en caso muera se quemara la casa conmigo dentro, esta vez la petición la hice yo, en el pasado lejano, fue un accidente.

No sé si estoy tan aferrada a la vida que aún no morí a pesar de mi condición y pensé que llegaría al fin de año, sin embargo, cerré mis ojos para no despertar.

Tal como fue mi pedido, tras confirmar mi muerte quemaron la casa, el ángel de blanco que los había atendido sin descanso durante este lapso de tiempo tuvo que irse, ellos rezaron a su dios para que ella pudiera descansar, pobres no sabían que no tendría descanso aún, era pronto, demasiado pronto.

¿Por qué conozco lo que sucedió esta vez? Tras mi muerte, encontré que estaba un limbo del cual no podía escapar, esto hasta que llegara la siguiente vida, lo entendí luego de pensarlo mucho. Tener tiempo libre te da por pensar.

Suena a tontería, pero me pregunto ¿Qué pasaría si la siguiente vida no la vivo?, llegados a este punto soy alguien bastante vieja y ya no le temo tanto al dolor, he muerto de modos bastante particulares y me parece increíble que el vivir no siga un patrón en especial, solo vivo cuando llega el momento, no hay otro motivo ni redención que le siga.

A diferencia de las veces anteriores yo...

- ¿has aprendido la lección?

Dijo la voz de distorsionada pero familiar que escuché la primera vez.

- ¿Qué lección quieres que aprenda? Solo he muerto varias veces, debería poder morir en paz como otras personas.

Dije en son de queja, cada vida vivida tenía algo en común pero no lo había descubierto hasta ahora.

-Te veré en tu siguiente vida Bian...

A lo que respondí con todas mis fuerzas. Un grito desde mi alma.

-Vivir no debería ser una opción, ¡yo quiero morir!

No hubo otras palabras adicionales y mi preocupación, aumentó.

El Destino de la VillanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora