Capítulo 4

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Capítulo 4.

Estuvimos hablando toda la tarde sobre nuestros gustos de comida, música, lugares para visitar y todo lo que se nos venía a la mente. Pasaron horas y no podíamos parar.

De vez en cuando él soltaba algunos chistes, muy malos para ser honesto, pero no podía evitar reír al notar la emoción con la que los decía. Mientras hablábamos, podía ignorar su apariencia la cual me intimido en un momento al estar lleno de tatuajes y un piercing en su nariz y labio, los cuales me causaron un poco de temor al inicio.

-Bueno. Creo que ya estoy hambriento- dijo Hartley levantándose de donde estaba.

-Yo también- dije un tanto triste sin saber cuándo me darían de comer otra vez.

Hartley me miró detenidamente a la cara. Caminó hacia mí y se agachó enfrente posando una de sus manos en mi mejilla -Lo lamento Ben... te ayudaré a salir de aquí. Lo prometo- besó mi frente y salió sin decir nada más.

Me quedé pensando en qué había sido eso. El no me conoce, o bueno tal vez ya lo hace un poco después de nuestra conversación. Pero el me secuestró. No puedes confiar en alguien así, yo lo odio.

Pasaron 20 minutos y yo seguía pensando en un plan para escaparme teniendo en cuenta que era imposible ya que no sabía en dónde estaba. Moví la silla cerca de la ventana para tratar de ver afuera. La ventana era tan pequeña que no podría escapar por ahí pero al menos podría tratar de reconocer el área. En ese momento estaba tan molesto de no ser alto porque no pude ver nada más que la pared. Después de unos intentos fallidos de saltar para ver afuera, decidí rendirme y volver a sentarme en la cama.

La puerta se abrió lentamente dejando a la vista a un Hartley sonriendo con dos bolsas de Mc Donalds. -Hora de comer Ben-

Sonreí al ver su acción y me levanté a tomar la comida.

-Gracias Hartley, gracias- dije sacando un sándwich de la bolsa y tomando mis papas fritas.

Él sonrió igual y acarició mi espalda. -Todo estará bien Ben... eres un chico genial y te prometo que te ayudare a salir-.

***

Dos semanas habian pasado.

Y seguía peor. No podía evitar sentirme mal. Es decir, ¿y mi familia? ¿como esta mamá? ¿me estarán buscando?

Tres días después de mi secuestro mis padres recibieron la llamada de la misma mujer que me tenía aquí. No quería hacerlo pero me era imposible no gritar por ayuda y eso asustó a mis padres.

No podía seguir así. Admito que Hartley se ha comportado bien. Me ha dado comida y trae juegos de mesa para mantenerme ocupado. Se queda a dormir conmigo y la mayoría del tiempo me sostiene abrazado. Pero ¿a quien carajos le importa eso si no eres libre?. Si. Estoy molesto. El dijo que me ayudaría, y sigo aquí encerrado sin saber nada de mis padres. He tenido muchas charlas con Hartley. Puedo decir que conozco cada mucho de su vida.

Y lo peor... su madre Adela, es quien me tiene secuestrado. Y él es su cómplice. Supongo que debería contar la historia de la razón por la cual yo estoy aquí.

Cuando mis padres se conocieron el año antes de comenzar la universidad fue amor a primera vista. Ninguno lo pudo evitar, y no se alejaron en ningún momento. Adela quien era la mejor amiga de mi madre. Estaba completamente enamorada de papá pero nunca tuvo el valor de decirlo, ni siquiera se lo menciono a mi madre. Y por otro lado se encontraba Nelson Gomez. Un tipo no tan viejo que estuvo obsesionado con mi madre. Incluso no le importaba que ella ya tuviera novio. Nunca dejó de acosarla hasta el momento que se enteró que ella estaba embarazada.

Hartley me ha contado todo lo que a escuchado de parte de ellos.

A mi padres ya solo les falta una mínima parte del dinero que ellos quieren.

Tengo esperanza que podré salir en poco tiempo.

Me encontraba solo mirando televisión, Hartley había traído un televisor pequeño con la excusa de que era para él mientras cuidaba de que no me escapara; pero en realidad era para distraerme. Estaba pasando los canales hasta que apareció una foto mia en el canal de noticias.

《Así es señoras y señores, los famosos empresarios Hayen están dispuestos a pagar la cantidad de $1,000,000. si alguien sabe el paradero de su hijo Benjamín Hayen. Aquí dejamos una imagen del joven. Cualquier información que tenga llamar al +555 231 0000 》

Al finalizar el anuncio me quedé estático. Preocupado por mi familia ya que estaba más que seguro que nadie podría ayudarlos a encontrarme. Creo que debí haber tenido amigos. Pensando en lo mismo caí dormido 20 minutos después.

Stockholm SyndromeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora