Stockholm Syndrome

Epílogo

Epilogo.

Hola. Mi nombre es Benjamín Hayen, tengo 21 años, y esta fué mi historia.

No tuvo un muy buen final.

Después de que un Hombre llamado Nelson Gomez me disparara en la espalda, mi vida terminó.

¿Recuerdan al chico ruloso con el que me enamoré?

Aún lo sigo buscando.

Sé que se encuentra en una parte aquí en el cielo. Pero aún no logro encontrarlo. Han pasado unos años y aún recuerdo el día en que ambos confesamos nuestro amor con un beso, el cual también fue el dia que mori.

Hay muchas cosas que no saben y no he contado en la historia de mi vida.

¿Sabían que Hartley amaba la música tanto como yo?

Él me cantó algunas de sus canciones cuando me quedaba dormido en sus brazos mientras estaba secuestrado. A veces escuchaba como las silbaba y yo las cantaba en mi mente. Es triste. Pudimos haber tenido algo mas.

Nelson se encuentra detenido. Mis padres pusieron una demanda que hará que Nelson se quede eternamente en prisión también por haber abusado sexualmente de Hartley.

Mis padres necesitaron de uno al otro después de mi muerte. Volvieron a vivir juntos y han estado yendo a terapia no solo para superarme, pero para arreglar su relación y volver a comenzar su matrimonio y dejando el estrés del trabajo afuera de la casa.

Adela estuvo en prisión por un par de años pero mis padres después de todo la sacaron por Hartley.

Hartley...

Hartley salio con vida de esto.

El publicó nuestra historia en un libro. Lastimosamente no soportó mucho y lo encontraron muerto en el baño de su habitación después de tres meses.

He dado descripciones de él a otros ángeles que hay en el paraíso. Algunos dicen conocerlo y que se encuentra muy lejos de donde yo estaba, pero me dieron direcciones.

Y hoy terminó mi camino aquí. Justo en este momento estoy afuera de el lugar donde se encuentra. Listo para finalmente encontrarlo después de todo.

Me acercó lentamente a un bulto que se encuentra en el suelo. Mis ojos captan unas alas en el fondo muy diferentes a las mías.

Me acerco sin hacer ruido y me siento al lado de este. Comienzo a tararear una melodía que yo había inventado. En ese momento Hartley levanta lentamente la cabeza y me mira con sus ojos llorosos. Se tira rápidamente a mis brazos dejando su nariz en mi cuello y siento sus lágrimas deslizándose en mi mi cuello y alguna que otra cae en mi espalda.

Ambos lloramos en brazos del otro por lo que se sintieron horas, para luego mirarnos a los ojos sin soltarnos.

-Lo volveremos a intentar- dijo con su voz entrecortada.

-Una y otra vez. - respondí.

Y así fue como experimente el Síndrome de Estocolmo