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Tenía nada mas y nada menos que onoce años y sobre sus hombros llevaba la mas pesada de las misiones. Ray conocía toda la verdad respecto a el verdadero propósito del orfanato, la letanía de pruebas, las puertas que rodean el orfanato y los números en su cuello, el rastreador dentro de sus oídos cuando aprendió a leer y escribir. Con estos nuevos descubrimientos, pasó la mayor parte de su niñez tratando de entender cómo funcionaba todo y qué podría hacer para sobrevivir más tiempo.
Mirando su propio rostro a través del espejo de la habitación, pensaba en su próximo movimiento. Sabía que el enemigo vendría pronto por el o por alguno de sus hermanos mayores. Su mirada reflejó seriedad completa, sin emoción alguna, debía luchar y sacrificarse mas. Tan sólo así, obtendría la salvación para sus mejores amigos y para ella también.

—¿Estas bien? —habló una voz conocida para el chico.
Sus ojos verdes distinguieron a la persona que estaba frente a la puerta enseguida la ignoró y siguió viéndose en el espejo. No obstante, la dulce Anna insistió con sus comentarios tan puramente positivos y entonces Ray no lo pudo tolerar más.

—¡¿A qué has venido?! —no pudo ocultar su fastidio y amargura, quería estar solo, queria encontrar una forma de escapar, para salvar a sus queridos amigos y jamas volver a mirar atras, quería olvidar lo que sabía, queria dejar de llorar todas las noches por las terribles pesadillas, quería olvidar todo, quería simplemente ser libre.

La rubia le sonrió con desbordante amabilidad y continuó hablando sobre los motivos de la pregunta que hizo, sin embargo llegó un momento en el que reaccionó tras escucharla decir que su madre le había anunciado que ella sería la proxima en irse de casa para encontrar una familia feliz..
El cuerpo de Ray se tensó por unos segundos, pero logró disimularlo a la perfección. —¡¿Que dijiste?!—alzó la voz luego de tomarla de los hombros con extrema violencia. —¡¿Estas segura de lo que me acabas de decir?!.
<Anna, extremadamente dulce e Inocente, pura, piadosa. Definitivamente ella no se parecía a nada que el hubiese visto antes. Le parecía extraña pero muy conocida a la vez, hermosa como una estrella escondida en la infinidad del cielo nocturno.> El pensarla destrozada ocasionó que parte de sus impulsos se aflojaran, estaba molesto e indignado de tan solo pensar en el terrible destino que le esperaba a la pobre rubia... "No podia permitirlo, no Anna" Fue entonces que quiso respuestas de la chica algo que le diera las armas, algo que fuera capaz de detener el terrible destino que se avecina.
—¡¿CUANDO ANNA?!— Gritó desesperado. Pero lo único que recibió fue un golpe en su mano, esto luego de haberla sujetado fuertemente de la camisa.

Suspiró alejándose de el.
— Pensé que te sentirias feliz por mi— sollozó la niña, tenía la cara empapada de lagrimas y las mejillas muy rojas. No le gustaba en absoluto esa horrible actitud de Ray —¡Pero que te pongas de esta forma me asusta Ray!— asi que muy asustada decidió marcharse de ahí, sabía que no era un buen momento para hablar, por ende lo dejó por fin solo en aquella habitación.

—¡Anna!.

Algo dentro suyo se había alarmado de manera descomunal, una vez que se aseguró que no había nadie mas, volvió a verse en el espejo. Parecia un psicopata. Ray viendo su propio reflejo, recordó el motivo por el cual temia tanto la partida de Anna.

Era su sexto cumpleaños y decidió rompe el rastreador de su oreja, asi comenzó a medir el tiempo hasta que Mamá llegó a él... ( tardo 4 minutos y 51 segundos). Lo que significa que éste estaba equipado con una alarma, la cual le alertaría si él tratara de fugarse. También se da cuenta de que ella podía rastrearlos con su reloj de bolsillo, por lo que determina que es imposible para él salvarlos a todos.

—Descubrí el secreto de esta casa. ¿Qué vas a hacerme? ¿Matarme? — deseba profundamente que ésta le diera indicios de que está de su lado, y que no los mataria... sin embargo el silencio de Isabella habló más que mil palabras. Fue que comprendió que para ella él y todos los demás niños, solo eran un mero producto, ganado de granja.

ray y anna- La promesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora