ray y anna- La promesa.

4

Despertó gracias a la calida luz del sol que se filtraba por la ventana.
Apenas y se removió en la suave cama cuando de inmediato su subconsciente lo hizo levantarse de golpe...

"De nuevo una pesadilla" y como siempre todo era demasiado real: El frente a los demonios mirando como estos devoraban a sus seres queridos.

Dejó las sabanas de lado y se puso de pie, dio apenas unos cuantos pasos en la habitacion, topandose de frente un espejo. Hacía apenas unos días que Emma y Norman se habían enterado de la verdad y a el todavía le dolía recordar el desencajado rostro de sus mas queridos amigos.

—¡Bienvenidos de vuelta!— los recibió alumbrandolos con una pequeña lampara. —¿Como les fue?...

—No lo logramos— escupió con frialdad Norman. Sus rostros lo decían todo. Por fin había tumbado el muro que les impedía ver la verdad. La cruel y triste verdad.
Recordando como habían sido ellos una de sus razones para seguir...
Norman y Emma lo persuadieron para que no se fijara en los libros todo el tiempo. Los dos lo invitaron a unirse a ellos para explorar la puerta que rodea Grace Field House. De no ser por ellos jamas habria jugado aquel día lluvioso, de no ser por ellos jamas habria querido ver mas allá, de no ser por ellos jamas habría notado a Anna.

—Chicos...

¡Dolor!

¡Dolor¡

¡Dolor!

La primera parte de el plan para el cual se había estado preparando durante estos 6 años había sido llevada a cabo.
Sin embargo, muchas cosas no salieron como él las había planeado, pues Emma y Norman querían escapar con todos los chicos del orfanato,

—Incluso si es imposible, quiero escapar con todos. ¡Vamos a resolverlo! No quiero que todos muramos afuera. Pero no es una opción dejarlos atrás. Quiero que Conny sea ​​la última. Nunca dejaré que nadie termine así de nuevo. Si no hay lugar para que los humanos vivan, entonces hagamos uno afuera.
Cambiemos el mundo.— supuso desde un principio que algo así ocurria con Emma. Quien quería salvar a todos.

Se miró detalladamente y se dio cuenta de algo aún mas terrorifoco. "No iban a poder sacarlos a todos" "Quizás alguno no sobreviviría" con seriedad el chico miraba el espejo de cuerpo completo que tenía enfrente, allí estaba su cabello negro, sus ojos verde obscuro, incluso aquella maraca de nacimiento sobre una de sus piernas. Todas aquéllas características que la volvían Ray, estaban allí, frente a sus ojos.
Sin embargo no lograba reconocer aquel reflejo, algo no encajaba; percibía un paisaje totalmente diferente, simplemente no podía explicarse.
Dio entonces un vistazo a la habitacion en donde estaba: todo se veía muy luminuso y limpio. ¿Debía salir y enfrentarlos de una buena vez? ¿Era lo prudente?

—¡¿Ray estas listo?!— Aquella femenina voz cambio de pronto el panorama.
De golpe se dejo caer al suelo, el corazón le latia tanto que casi podía afirmar que le explotaría. Fue allí que la puerta se abrió. Ray apenas y alzo la mirada y la vio. —¿Que pasa?— las calidas manos tocaron sus desnudos hombros provocando una sensación irreal. La miró casi con miedo, Anna tenia la expresión angélical y boba que a el le gustaba mirar.
—¿Que ocurre?—Con un extraño cariño maternal besó su frente. —¿Te sientes mal?...

—¡Anna!— apenas pronunció su nombre la imagen de su sueño de lo inundo.
"Ella sin vida" Había dejado su cuerpo atrás como si fuera basura, ni siquiera habían podido darle una sepultura digna. ¿Como era posible algo como eso?. Empapado en un horror dulce y doloroso la abrazó, la abrazó con tanta fuerza que casi le corta la respiración a la chica.