Capítulo VII

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Su boca dejaba salir pequeños gemidos involuntarios, la fricción con las cobijas era lo que lo hacía sentir tan excitado. 

Jungwon ya estaba en celo.

Pero no estaba siendo cien por ciento consciente de ello.

Sus feromonas se podían oler a metros de distancia, por lo que abrió los ojos de golpe al estar consciente de lo que estaba haciendo. Abrió la puerta y corrió escaleras abajo para tomar un vaso de agua y subir con la misma rapidez. Tomó los supresores que Sunoo compro para el un mes antes y los tomó para evitar que el olor se hiciera cada vez más fuerte.

Jungwon estando en celo era prácticamente un cachorro. Le gustaba ser mimado, tener toda la atención del mundo y sobre todo, quería sexo.

Miró el reloj, marcaba las 9:00 AM por lo que supuso que su madre no estaba en casa, así que tomó su celular y marcó con urgencia el número de Sunghoon, pero al no ser atendido marcó el número de Sunoo, quien contestó al tercer pitido.

- Hola Jungwonie, ¿Que pasa?

- Sunoo...- su voz salió en un gemido con una combinación de desesperación.

- Ay no...- susurró.- Ya te perdí, ¿verdad? – preguntó lo que ya era obvio.

En muchas ocasiones anteriores, Jungwon solía llamar al omega menor en busca de ayuda para pasar su celo. Ambos sabían que si estaba cerca de un alfa Jungwon de inmediato querrá ir con él en busca de atención y mucho sexo, cosa que después se arrepentía.

En cambio, si estaba con un omega simplemente se limitaba a querer atención y mimos, teniendo que satisfacerse a si mismo. Y ese omega siempre era Sunoo ya que Sunghoon prefería irse lejos pensando que en algún momento querría más que atención contra él, cosa que Jungwon siempre le dejó muy en claro que nunca iba a pasar pero aún así no quiso arriesgarse.

El celo de los omegas nunca va a ser el mismo en todos. Varian siempre las situaciones y las maneras de comportarse pero lo único que tienen en común es que todo quieren satisfacer sus necesidades sexuales. Sunoo y Sunghoon tenían sus maneras de comportarse durante las temporadas de celo.

El primero siempre era más gruñon, diciendo siempre que quería estar solo y que no necesitaba atención de nadie. Pero al final terminaba lloriqueando en los brazos de Jungwon por más mimos.

Sunghoon era casi igual, pero el si cumplía su palabra que no querer estar con nadie. Cada vez que los omegas menores intentaban ayudarlo con su celo, terminaban siendo sacados de la casa violentamente pero siempre pedía disculpas al final de la temporada.

Sunoo tardó menos de cinco minutos en llegar a la casa de su amigo y no se molesto en tocar la puerta. Usó la llave secreta que había en la entrada por cualquier emergencia.

Apenas estaba subiendo las escaleras cuando un Jungwon muy juguetón apareció en su campo de visión, se apresuró a subir rápidamente para llegar junto al pelinegro, quien se aventó a sus brazos y restregó su rostro en su pecho, llenándose del aroma de Sunoo.

El castaño cargó a Jungwon y lo llevó hasta su habitación, recostandolo suavemente.

- ¿Quieres comer algo? Jungwon asintió cubriendo su boca con ambas manos y sus mejillas levemente sonrojadas.

- Galletas.

Sunoo maldijo por lo bajo, pensaba que le pediría algo más simple, ¿Como se supone que haría galletas? Con esfuerzo podía prender la estufa, pero aún así asintió.

- No te muevas de aquí, pequeño. Ahora vuelvo.

El omega mayor asintió y se metió rápidamente bajo las mantas de su cama cubriéndose hasta la cabeza, perdiéndose por completo.

𝐶𝑜𝑟𝑎𝑧𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑑𝑒𝑙 𝑅𝑒𝑖𝑛𝑜 (JAYWON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora