》01《

11.8K 572 178
                                    

Una noche helada en donde los Mugiwaras dormían completamente,una navegante seguía empeñada en sus mapas.

— Por fin — Suspiró cansada — Falta mucho para que amanezca.

Salió de la habitación arrugada en un cobija. El clima cambiaba constantemente y ni ella estaba segura de los niveles de temperatura.

— Todos están durmiendo...— Miraba detenidamente el cielo — Estoy un poco exhausta. Tal vez debería tomar un descanso.

De pronto escucha un fuerte sonido proviniente de la cocina. Nami se sobresaltó y miraba asustada hacia el lugar. ¿Un intruso?

— ¿Qué debería de hacer?

Pensaba en llamar a los demás,pero sintió que podía ir a revisar sola. Comenzó a acercarse sigilosamente hasta que llegó a la puerta y la abrió lentamente.

— Hola.

— ¡Luffy! — Suspiró aliviada — Eres tú.

— Sí,soy yo — Hablaba mientras masticaba un trozo de carne.

— Deberías estar descansando.Las cosas se complicaran bastante y debemos estar en buenas condiciones por si alguien llegase a atacarnos.

— Tenía hambre — Tragó toda la carne de un bocado — Pero Nami no tienes derecho a regañarme — Dijo y puso una cara de enfado.

— Claro que lo tengo.

— Siempre estas metida en ese escritorio,nunca tienes tiempo para nosotros — Confiesa mirándola fijamente.

— Perdón si los he hecho sentir mal,pero es algo que no puedo evitar. — Dijo alegre.

Luffy la observa sin ninguna emoción en su rostro y al pasar por su lado le susurra:

— Pues es molesto.

Nami quedó sorprendida por el tono de voz de su capitán aunque tenía la noción de que mañana ya no recordaría nada.

[...]

— ¿Quién se comió las sobras de carne de la nevera? — Preguntó enojado el cocinero mirando a los muchachos sentados en la mesa.

— ¿Quién habrá sido? — Dijo Usopp mirando estrictamente a Luffy mientras suspiraba enojado.

— Me pregunto cómo habrá roto el candado — Mencionó Robin leyendo una revista.

— Bastardo...te tragaste el desayuno de Robin-chan y Nami-san — Gritó dándole patadas en el estómago.

— Lo siento.

Sanji estaba a punto de volver a patearlo, pero su atención fue robada por la chica pelinaranja que entraba por la puerta en ese momento.

— Buenos días chicos — Saludó y miró la mesa —
¿Ya está el desayuno?

— La verdad es que Luffy se lo ha– —Antes de que el tirador siguiera hablando el rubio lo golpeó.

— En unos minutos estará listo.

— Gracias Sanji-kun.

Era otro día tranquilo para la tripulación,algo que alivió bastante a la navegante. En ese tipo de días se dedicaba mucho a la cartografía,después de todo era algo que le gustaba hacer y sería un progreso más para cumplir su sueño.

El tercer beso |Luffy y Nami|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora