𝐌𝐀𝐊𝐄 𝐌𝐄 𝐒𝐖𝐀𝐘 | 𝐓.𝐉. 𝐌𝐜𝐆𝐢𝐛𝐛𝐨𝐧

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Lara Pellitt

La música suena por todo el auditorio, solo estamos la chica misteriosa y yo. Comienzo a sentir la música y los pasos se dan solos, aunque los de ella sean algo torpes pero eso no quita el hecho de que sean tiernos. La acerco a mi y ahora comenzamos a bailar unidas, la miró a los ojos aunque no puedo distinguir a ciencia cierta su cara pues pareciera que la única luz que hay es la de la luna entrando por las pequeñas ventanas del lugar, lo único que distingo son sus ojos llenos de dulzura y paz. Cuando menos lo noto ambas comenzábamos a acercarnos lentamente y...

Despierto del golpe al escuchar mi alarma, de nuevo este sueño que no logro digerir del todo pues nunca he visto a ninguna chica de esa manera. He llegado a interesarme en uno que otro chico del instituto pero jamás sentir nada más que atracción, sin embargo este sueño está cada vez más presente.

— Hermanita, que bien que ya estás despierta porque mamá dice que ya casi está el desayuno así que no tardes en el baño — habló mi hermana Olivia abriendo la puerta de mi cuarto — además no te olvides que terminando la escuela debes ir a la academia.

— Muchas gracias Liv — dije tallando mis ojos tratando de eliminar completamente el sueño — no se que haría sin ti, seguro perdería la cabeza.

— No agradezcas y mejor apúrate, ya sabemos que sin mi serías un desastre — bromeó y yo solo fruncí el ceño haciéndola reír — te espero abajo.

Salió de mi cuarto y yo me arregle lo más rápido que pude, tomé mi mochila y mi maleta con mi uniforme de la academia y un par de cosas que usábamos allá. Bajé y me senté en la mesa pues sabía que no tendría mucho tiempo así que desayuné lo más rápido que pude, mamá nos apresuró más pues ya nos esperaba el señor Robinson para llevarnos a la escuela.

— ¿Llevan todo? — preguntó y ambas asentimos —.

— Espera, olvide algo — exclamé de pronto y salí corriendo a la cocina por un pan de dulce — ahora sí — dije regresando a dónde estaba mi mamá y hermana —.

— Que tengan un lindo día — se despidió mamá y dejo un beso en la frente de cada una —.

Salimos de ahí y subimos al auto para ir a nuestros respectivos colegios. El camino era ameno pues el señor Robinson, quién es nuestro chófer y un amigo ya cercano a la familia, solía contar bromas o poner las canciones que más nos gustaban para cantarlas a todo pulmón.

— Hemos llegado señorita Lara — dijo orillando el auto —.

Asentí y agradecí, me despedí del señor Robinson y luego de mi hermana para bajar del auto. Comencé a adentrarme en la escuela en busca de mi casillero para poder guardar mi maleta y comenzar a seleccionar los cuadernos de las materias que me correspondían hasta antes del receso.

— ¿Por qué eres tan mala? — escuché una voz a mis espaldas — Me dejaste preocupada desde que no me respondiste al salir de clases.

Me gire y vi a mi mejor amiga de prácticamente toda la vida. Amelia Constanza Pérez Lara, aunque la mayoría suelen llamarla Meli a excepción de mi que siempre la he llamado Conny. Nos conocimos desde que tengo memoria pues ella aunque lo niegue es una gran estudiante y gracias a ello consiguió una gran beca en esta escuela, su familia no es de mucho dinero y gracias a ello fue uno de los factores por los que le hicieron bullying hasta que un día yo lo noté e interferí, desde ahí hemos sido prácticamente inseparables.