𝙎𝙥𝙖𝙘𝙚 𝘽𝙤𝙮 [𝖳𝗌𝗎𝗄𝗄𝗂𝗒𝖺𝗆𝖺 𝖠𝖴]

O2. El tiempo que fluye como agua entre los dedos

—Así que trabajas en una lavandería, ¿Cómo es exactamente? —Pregunta el pecoso mientras se recarga sobre una lavadora.

—No tienes idea de lo aburrido que es. ¿Recuerdas nuestra última conversación? A partir de ese día solamente han venido de 5 a 6 personas.

—¿Qué te llevó a conseguir este empleo? Es demasiado aburrido para ti.

—Una chica me lo ofreció, y necesitaba dinero, entonces no le di más vueltas a todo y aquí estoy, lavando ropa a las cuatro de la mañana... ¿Tu que has hecho?

—Pues, como podrás ver he cambiado mucho, no se nota pero también me hice un tatuaje en la espalda.—Responde con nerviosismo y jugando con su cabello.

—¿Por qué?

—En algún momento me voy a morir, Tsukki, tenía que hacer todo esto, quiero vivir sin arrepentimientos.

—Entiendo.

Tsukishima le sonríe y al ver la hora decide que por el momento, es mejor cerrar.
Claro que no lo hizo por el muchacho a su lado, definitivamente no.

—Vámonos Yamaguchi, te compré algunas cosas.

Yamaguchi sonríe gentilmente y va tras el mayor. Después de un rato se encuentran en la calle, el cielo es negro y está adornado con pequeños destellos de luz.
Ambos chicos van en un silencio cómodo, el ruido de los insectos es lo único que se puede escuchar.

Tsukishima debate mentalmente.

Quiere tomar la mano del peliverde e ir juntos a su casa, pero tiene miedo de hacer sentir incómodo al más chico. Han pasado años desde que ambos lo hacen, teme sentirse ajeno al acto.

Se sobresalta al sentir una mano envolviendo la suya.

—Quería tomar tu mano, es todo, espero que no te molest-

—¡Claro que no! E-es decir, no me molesta tomarte de la mano.—El rubio acomoda sus gafas apartando la mirada, Yamaguchi sonríe sutilmente y hace más firme el agarre.

Continúan así por los siguientes quince minutos.

El más chico no puede evitar recordar sus días de escuela, cuando tomaba la misma ruta con Tsukishima. Sonríe para si mismo observando la cabellera rubia de su amigo.

"Todavía huele a menta"

Piensa y sonríe.

Después de un rato ambos llegan a la casa del mayor, Tsukishima abre la puerta. No hay nadie en casa, su madre tenía un nuevo trabajo y no volvería después de un tiempo, su hermano consiguió un apartamento y ahora vive solo.

Tsukishima ha pasado solo gran parte del tiempo.

—¿Te quedarás aquí?—Pregunta acomodando su chaqueta y sacándose sus zapatos.

—Sí, no traje muchas cosas, pienso comprar ropa aquí también así que solo vine con una mochila.. Espero no sea un problema para ti.

—Claro que no, incluso tenía preparada ya una habitación para ti si esto llegaba a suceder.

Yamaguchi sonríe con falso entusiasmo, él realmente deseaba dormir junto a Tsukishima como lo hacía cuando estaban pequeños.

¿Tsukishima se sentía incómodo con su presencia?

—Compré tarta de fresa, espero que todavía te guste.

—Claro que me sigue gustando, cerca de la universidad a la que voy, venden una tarta de fresa super deliciosa, todas las tardes iba por una... —Responde feliz, recordando el delicioso sabor que tenían y los pequeños trozos de fresa entre cada capa de pan.—Algún día, tenemos que ir juntos.

Tsukishima sonríe y abre la nevera para sacar de ella la dichosa tarta, la coloca en la mesa y hace un pequeño ademán invitando a Yamaguchi a sentarse junto a él.

—Es tarde, pero tampoco es que vayamos a dormir temprano, así que come—El rubio parte un pedazo de la tarta e intenta llevarlo a la boca del más pequeño.

Yamaguchi abre la boca, comiendo, saborea el bocado lentamente y después lo traga. Repite lo mismo varias veces hasta quedar satisfecho.
Kei se levanta para lavar los platos que han utilizado y ordena a Yamaguchi ir a descansar o tomar una ducha. El pecoso asiente y recorre la casa hasta llegar al baño.

Pasa por la pared en la que ambos solían pintar de pequeños, ahí se encontraban todavía las marcas que indicaban cuanto habían crecido y dibujos de dinosaurios y paisajes infantiles.
Entra a la habitación del rubio, cree que no ha cambiado mucho, en los estantes aún se mantienen las figuras coleccionables de Jurassic Park y lo único nuevo que logra observar es la cantidad gigantesca de mangas que tenía.
Después de observar con detalle la habitación decide entrar al baño para ducharse.

El agua le recorre el cuerpo, está tibia.

Sale del baño con una toalla envolviendo su cintura, Tsukishima aún sigue lavando los platos.
Aprovecha para cambiarse, y nota entonces que no había traído ropa cómoda para la hora de dormir, se maldice a sí mismo y opta por preguntarle a Tsukishima si puede tomar una de sus camisetas.
Kei responde con un fuerte "Sí" y Tadashi entra al ropero de su amigo. Hay ropa, en su mayoría negra y mucha ropa con estampados extraños.

Termina eligiendo una camiseta amarilla y sus shorts negros. La camiseta le quedaba demasiado grande, ríe por lo gracioso que se ve.

—Te queda grande—Habla una voz desde la puerta de la habitación.

—Lo sé. Pero es bastante cómoda, gracias por prestarmela. —Sonríe y Tsukishima parece quedar embobado, sacude su cabeza un poco y acomoda sus gafas.

—Sí, no es nada—Se observan unos segundos hasta que Kei decide romper el silencio—Debes estar cansado, así que es mejor que duermas un  poco, puedes utilizar la habitación de mi hermano.

Yamaguchi asiente y Tsukishima lo pierde de su campo de vista. El pecoso se encuentra en su nueva habitación y cierra la puerta detrás de él, realmente tenía esperanzas en dormir con el mayor, con un enorme proyector de estrellas azul, que cubría toda la habitación, recostados en el suelo con un montón de mantas regadas en todas partes.
Quería hacer todo eso antes de irse y perderlo para siempre.

Porque había una razón más  por la cual había dejado Sendai.

Yamaguchi Tadashi estaba enfermo.

Se había enterado unos meses antes de mudarse a Tokio, sus padres lo llevaron con un doctor y finalmente dieron con que tenía ataxia. Había avanzado demasiado, incluso más de lo previsto.

El médico les informó que no le quedaba mucho tiempo, uno o dos años como mucho. Así que tenía que aprovecharlo al máximo.

Tenía que estar con Tsukishima al menos un año más. Podría observar el otoño una vez más, visitar todos loa lugares que tantó anhelaba. Tenía un año, y eso para él, era como tener todo el tiempo del mundo.

Heey, finalmente he actualizado, lamento si me tardé en hacerlo, pero no conseguía el tiempo suficiente para dedicarme a ello.
Prometo ser más constante aquí <3