El amor no es común. [Editando]

Namjoon, el alfa consentido

La presentación de Kim Namjoon trajo con ello algunos problemas menores.

Menores para todos menos para Namjoon.

Sus padres siempre habían sido algo cariñosos con él, como hijo único era bastante consentido, aunque sus padres siempre se justificaban con su buen comportamiento y desempeño académico para poder consentirlo, algo que siempre estuvo presente en su vida.

Aunque todo cambio un poco cuando se presentó como alfa, el único alfa de la familia.

Su madre era una omega y su padre un beta, no tenían el mínimo conocimiento de cómo tratar con un alfa recién presentado, y Namjoon, tampoco tenía conocimiento de lo que comenzaría a pasarle desde ese momento, tampoco tenía a alguien a quien recurrir, la mayoría de sus familiares eran betas u omegas, y a los alfas de estos, no los conocía lo suficiente como para tener confianza y preguntarles al respecto.

En la escuela todo continuo normal, un alumno con gran desempeño, lo adelantaron un par de años por su gran rendimiento y se podría decir que se volvió medianamente popular entre los omegas y algunos betas.

Su presentación trajo con ello algunos cambios en su apariencia, además del aumento en su musculatura, sus rasgos comenzaban a hacerse más definidos y creció unos cuantos centímetros, un alfa en toda la expresión.

Fue un dolor de cabeza para sus padres y para el los primeros meses, las visitas constantes a tiendas de ropa por el constante crecimiento del menor, además de que a Namjoon lo comenzaban a fastidiar en la escuela, no lo molestaban, pero tenía a un pequeño grupo de omegas fastidiando todos los días pidiendo un poco de la atención del alfa, como cualquier adolescente hormonal, y no lo soportaba, pero gracias a que lo adelantaron de curso ya estaba a poco de salir de ese horrible lugar y entrara uno peor, la universidad.

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Los primeros días de universidad fueron desastrosos, había perdido su horario, se perdió entre los pasillos, los estudiantes parecían ignorarlo cuando pedía indicaciones, para ellos era estúpido que un cachorro estuviera en la universidad, y ese era otro problema, Namjoon acababa de presentarse hace unos meses, aún se mareaba o se intimidaba por los fuertes olores de otros alfas y algunos omegas, lo que le dificultaba su cercanía con sus compañeros, que además parecían detestarlo por su desempeño en clases.

Todo esto llevó a que Namjoon fuera algo más tímido y torpe de lo normal, la universidad no era un muy buen lugar para un alfa presentado a los dieciocho, menos cuando todos sus compañeros tenían al menos veinte.

-Todos pongan atención-. La voz de su profesor lo saco de sus lamentaciones previas a clase, había alguien junto a él-. Él es Min Yoongi, tuvo apendicitis y faltó las primeras semanas de clase.

-Min Yoongi, no es un gusto-. Su presentación fue la cúspide de los murmullos en su salón, todos comenzando a tacharlo de grosero, aunque para Namjoon, fue todo lo contrario, había sido divertido y una pequeña sonrisa bailo en su rostro cuando se encontró con la mirada del pálido. Parecía alguien más jovial que el resto de sus compañeros, o al menos eso le parecía a él.

-Tan amable como siempre Min, necesito de alguien que pueda mostrarle la universidad y ayudarlo a ponerse al día en sus tareas-. El maestro miro a cada alumno esperando no tener que elegir alguno al azar y que alguien se ofreciera por voluntad propia, pero claramente estamos hablando de estudiantes universitarios, venderían su alma antes de aceptar trabajo extra-. Bien, supongo que...

-Yo lo hago señor Choi.

Todos voltearon hacia el fondo del salón, haciendo a Namjoon agacharse en su lugar ante la atención, algo a lo que realmente no estaba acostumbrado, todos mirándolo con una mueca excepto las dos figuras de pie.