Era un día normal, llegaba del trabajo exhausto como siempre, me tiré con toda la fuerza sobre el sofá, prendí la televisión y me puse a ver las noticias. Mi vida no era la más variada —sino que todo lo contrario—, tenía la misma rutina desde que me mudé a esta ciudad.
Como decía antes, yo me encontraba mirando las noticias recostado en el sofá de cuero de la sala de estar, cuando de repente tocan la puerta, era raro, en la ciudad yo no tenia amigos, claro, exceptuando al señor del bar que conocí hace tres noches atrás, al abrirla no encontré a nadie, solo una pequeña caja que tenía una carta; Esta noche te estaré esperando. Era un mensaje claro y corto, —¿Quién podría haber puesto eso?— pregunté en mi mente al mismo tiempo que pasaba mi mano por mi barbilla, no tenía nada que hacer —También quería saber quien me esperaba—. Para esperar a la noche —y perder el tiempo— me puse a preparar un bizcochuelo de vainilla, del cual saqué la receta de internet.
El reloj marca las siete-treinta, técnicamente ya es de noche, pero ahora surgia otra interrogante,¿Quién me espera? ¿Dónde me espera? ¿Tengo que esperar a quien sea que sea aquí en mi casa o tengo que ir a algún lugar en especial? La carta no dice nada de eso. Mis pensamientos son interrumpidos por el sonido agudo de la puerta al abrirse, de ella salía una especie de, ¿Cual es la palabra para esto? ¿Un monstruo? una figura enorme, de aproximadamente dos metros y medio, con un grueso pelaje negro que se podria camuflar tranquilamente con la pared de la sala, y unos ojos rojos como la mismisima bolsa de papas fritas que habia abierto hace apenas unos minutos. Sin pensarlo dos veces emprendí mi camino hacia afuera de la casa, pero la figura logró capturarme. Después de forzados intentos de zafarme de sus brazos, me rendí. Me llevó hasta el dormitorio, allí había dos personas más atadas con cintas y cuerdas, ¿Cómo es que esas personas habían llegado hasta ahí, si hace unos minutos antes no había nadie, y peor aún, cómo es que hay un monstruo en mi casa? se suponía que esas cosas solo existían en la mente de los más pequeños, y en los libros de ficción que leía Roxana. El monstruo se acerca a mí con una amenazante mirada, mientras se acerca, siento un fuerte dolor en mi espalda, hay sangre, sin tantas fuerzas me doy vuelta mientras caigo al suelo, era él, Jose, el mismo al que años atrás le había prestado una gran cantidad de dinero, ¿Era él el que escribió la carta o era el monstruo?, no pude pensar ya que el monstruo pasó por encima mio abalanzándose hacia Jose. No se que mas paso, mis ojos se habían cerrado sin mi consentimiento, sólo pude oír unas pocas palabras dispersas.
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Este es un trabajo de lengua que hice, la profesora me dijo que estaba muy bien :3
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Relatos Cortos.
RandomHola, voy a subir cosas que me resulten interesantes, canciones, poemas o mini historias que yo haya escrito. Estoy intentando continuar mi cuento principal, pero no encuentro algo interesante en mi cerebro para relatar asi que voy a subir cosas que...