➸Piropos 2 - Jenlisa Fanfiction

➸Besos

—Mamá Jennie—Maya llamó a su madre, quién no tardó en dirigir su mirada hacia ella—. ¿Con quién fue tu primer beso y a qué edad fue?

  La pequeña no dejaba de hacer preguntas al respecto, luego de haber visto una película romántica con sus dos madres. Desde entonces, no paraba de fantasear con su primer beso y el amor verdadero, como ese que tenía el matrimonio Kim.

—Sí Jennie... Respondenos—Lisa la presionó, mirándola amenazadoramente. Sus lentes colgando del puente de su nariz, sosteniendo el periódico en sus manos—. ¿Quién fue?

  Lisa no era idiota, sabía que Jennie había tenido otras novias y amoríos antes que ella, pero la morena se nagaba a decir con quién.

—Uh, no... No recuerdo.

  Ambas rubias levantaron sus cejas en señal de que no estaban creyendo lo que la morena decía, parecían un calco idéntico. Y si una Lisa era más que suficiente para Jennie, imagínense cuando se le agrega una mini-Lisa al paquete.

—No es cierto.

—Uhm, es verdad...—Jennie tragó en seco.

—No es cierto—Insistió Maya.

—Bien, está bien, les diré—Se rindió, sabiendo que no ganaría. De efecto inmediato, los ojos de las rubias chispearon con curiosidad—. Creo que fue tu mami Lisa, porque de tantos besos que me dio, me borró todos los demás.

  Con una sonrisa satisfecha, Lisa volvió a retomar su lectura y Jennie suspiró aliviada. Alivio que no duró mucho cuando vio a su hija con el ceño fruncido.

—Eres una mentirosa—Espetó cruzandose de brazos—. ¡Mami Lisa! ¿Con quién fue tu primer beso?

—Oh a mi no me mires, al contrario de tu madre, mi primer beso sí fue con ella—La rubia le confesó, sin quitar la vista del periódico.

—¿Ves? Mami Lisa es sincera y si sabe esperar a la indicada, embustera—Maya farfulló antes de marcharse enojada al darse cuenta que no todo era como las películas románticas y que los primeros besos no siempre son con las personas que aman.

—No puedo creer que le hayas mentido de esa manera—Jennie le reprochó a su esposa cuando estuvieron a solas—. ¡Ahora cree que soy una maldita y que tu eres una santa!

  La morena golpeó la mesa indignada y se retiró de la habitación para enmendar las cosas con su hija, mientras que Lisa negaba con la cabeza riendo por lo bajo.