La vuelta al colegio sería difícil, no tenía amigos, ni a Matías.
En si no tenía nada, pero eso era lo que menos le importaba, lo único que le importaba era terminar el colegio, quedaba el último trimestre del año.
'Alumnos, les presento a su nuevo compañero Mirko Galíndez' Un chico alto de tez blanca entró al salón.
Por alguna razón sus ojos marrones y su pelo bi-color habían llamado la atención de Selene.
Casualmente el único asiento vacío era a su lado, así que éso daría el pié para entablar una charla con aquél chico nuevo.
'Hola' Dijo ella.
Él hizo un movimiento con la cabeza, saludandola de mala forma.
'Rápido, a sus asientos, el día de hoy tendrán tarea para casa, para el lunes próximo tendrán que entregar una maqueta de una fuente de energía, que funcione obviamente' ¿Como mierda haría eso sola? 'Será de a grupos de dos, para hacerlo mas fácil su compañero de banco será su compañero de proyecto' mierda, no era buena idea.
La clase continuó como de costumbre, a diferencia de que no había prestado atención ya que su mirada se desviaba cada tanto a su compañero, ya tendría tiempo de conocerlo mejor.
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Al sonar el timbre anunciando el receso, ella solo se quedó en su banco, como de costumbre.
El hizo lo mismo, la verdad no entendía porqué se quedaba ahí.
'¿Pensas hacerlo?' dijo él refiriendose a la maqueta.
'Si tenés ganas...'
'La verdad tengo que subir nota, ya que al ser nuevo necesito aprobar si o si el trimestre'
'¿Porque te cambiaste de escuela a estas alturas? ¿No crees que es un poco tarde?'
'Me expulsaron...'
'¿Podes decir porqué?'
'No quiero hablarlo si no te molesta' Mirko le había roto el tabique a su compañero Alfonso Godo.
No quería que después de cruzar dos palabras ya lo tubiese como un violento.
A ella igual no le molestaría, estaba enamorada de un enfermo, no había mucho que le sorprendiese a ese punto.
'Ok... ¿Tu casa o la mía?'
'La tuya, mi mamá no me deja traer chicas, si, tengo 19 y no puedo hacerlo' repitió un año por mal comportamiento.
Ella rió un poco 'Bueno dale, mañana es sabado, si estás al pedo vení y comenzamos'
El asintió, intercambiaron numeros y luego las clases transcurrieron como de costumbre.
El pensamiento de Matías recorría su mente cada día de su vida, se sentía insuficiente, ¿Que le faltaba? Ella ayudo con el secuestro de Oriana, le dio todo lo que pudo de ella, pero no bastó, no para él, pero había algo que compartían...
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El regreso a casa le daba terror.
Se sentía observada, como si alguien estuviese tras ella, cada paso que daba iba mas rápido, no había nada detrás suyo, pero la sensación cada vez era mas fuerte.
El miedo de a poco fue disminuyendo, ya no sentía miedo si no que estaba ansiosa por ver que le deparaba.
Ellos dos, compartían la misma mente enferma.
La sed de adrenalina.
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