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Capítulo once:El recuerdo.

En su mente ella seguía ahí, ahí con él.

Selene, se sentía sola, por más de que lo halla pasado terrible con aquél hombre, simplemente era feliz por el amor que le tenía.

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'Ay dios! ¿Podes cerrar el orto un rato?' decía el mientras lavaba la sangre después de darle una paliza a Oriana

'es que, quizás deberíamos dejarla ir'

'¿Estás loca no?' dijo enojado mientras soltaba lo que hacía con brusquedad '¿Cómo mierda la vamos a dejar ir estúpida? Ah sí, y después salimos con las manos atrás de la cabeza y los policías van a decir "ay no pobresitos mejor que no se pudran en la cárcel" si claro, busca algo que hacer Selene no me rompas las pelotas

'está bien' hizo lo que pudo, al fin y al cabo el tenía la razón.

Y le obedecerla por más de que no sea así.

(...)

'Sele' dijo Yugan acercándose a ella.

'¿si?' no se esperaba con que podía salir Matías ahora, era impredecible a decir verdad

'quería pedirte perdón, quizás me pasé, es que, si te soy sincero no quiero que nos pase nada'

¿Que podía ser peor? ¿Que la secuestraran de nuevo?

'eh... Gracias' se sonrojó un poco.

'no hay de que' sonrió levemente, aunque su cara seria seguía abundando.

Se miraron por unos segundos.

Los disfrutó tanto, fueron los segundos más lindos de su corta vida.

Ella se arriesgó, se empezó a acercar lentamente, tratando de no asustarlo, el parecía no negarse al verla.

Cómo si el también la desease, aunque así no fuese.

De todas formas ya había comenzado a acercarse, ya no había vuelta atrás.

Se acercó hasta el punto de sentir sus respiraciones chocar lentamente.

De la misma forma el puso sus manos en la cadera de Selene.

La misma tenía la respiración cada vez más agitada, simplemente sentía demasiada atracción hacía él.

Si, la había secuestrado. Si, la había maltratado. Si, él la odiaba.

Pero de todas formas él era hermoso a su vista.

Cómo la miraba, su forma de hablar, su forma de caminar, la forma en la que amaba la sangre y experimentar con el dolor.

Estaba enfermo, pero ella de cierto modo lo estaba igual que él.

Luego de pocos segundos ella dio el último pasó y juntó sus labios, el reaccionó y los movía sobre los de ella.

Duro pocos minutos, el se separó sin mirarla y se fue hacía la cocina.

'anda a callar a Oriana, no se puede estar tranquilo con la pendeja de mierda gritando ahí'

'ahí voy' dijo obediente.

Bajó las escaleras rápidamente.

'ori' dijo al abrir la puerta cerrandola atrás de ella 'No grites ¿Si? Está enojado, no quiero que te haga nada, por favor'

'¿Hablaron? ¿Que dijo? ¿Puedo irme?'

'No Ori, no podes, dice que es peligroso, por nosotros'

'pero, necesito escapar Sele ayudame'

'no Oriana, no puedo'

'porfavor, éramos amigas'

'pero él... Él... Él no quiere'

'pero salgamos juntas, el no va a hacerte nada'

'ori' se agachó enfrente suyo 'perdón, pero yo tampoco quiero'

'¿Que? No! Por favor!' gritaba mientras Selene se dirijia hasta la puerta.

Ya era muy tarde el estaba acá.

Esa noche, esa misma noche, fue su fin.

No solo el de Oriana, el de ellos también.


Streets-Matías CandiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora