Capítulo doce:La impotencia.
Eran eso de las siete, y Mirko se encontraba acompañando a Selene, la humedad de aquel pequeño pueblo siempre traía lluvias, y su señal era un fuerte viento.
Este hacía que la tierra entre en los ojos de ellos así que corrieron hasta la casa de la chica.
Al llegar ella ofreció hospedaje al joven, pero estúpidamente decidió rechazarlo.
(...)
El camino se hacía eterno, malditas 10 cuadras que los separaban.
El viento cada vez era más poderoso, dejando cada vez su vista más nublosa.
El clima se convertía en sombrío y escalofriante, digno de un corto terrorífico.
Mirko comenzó a sentir el miedo en su cuerpo y comenzó a caminar cada vez más rápido.
Estaba casi corriendo cuando escucho pasos detrás suyo, quiso ignorarlos pero...
Un fuerte golpe callo el su cabeza, y un pitido ensordecedor se apoderó de sus oídos.
Toco su cabeza, sangre escurría.
Y cuando quiso ver qué había causado esto, se desvaneció, sin poder defenderse de cualquier cosa que pudiera ocurrirle.
(...)
A los minutos comenzó a sentir como su cuerpo se comenzaba a despabilar, pero al mismo tiempo el pitido y el dolor del golpe no sesaban.
Su cabeza latía y su corazón más aún.
'Hola' dijo un extraño no tan extraño parado frente a el 'por fin despertaste, quería hablarte de tantas cosas'
'¿Q-quien sos? ¿P-por que estoy acá?' dijo Mirko un poco nervioso pero aún así un poco dormido.
'¿no me recordas? Te dije que te alejaras de ella' el hombre cada vez se lo notaba más furioso.
Mirko se había confundido en un abrir y cerrar de ojos, pero esos ojos llenos de furia fueron un cachetazo a la realidad.
Era él, el mismo que lo amenazó, y que dejó pasar porque había empezado a encariñarse con la castaña.
Fueron tan solo segundos para que de un martillazo cayera desvanecido en el suelo.
Matias, simplemente quería hacerlo sufrír, quería ver dolor y sangre, quería verlo suplicando.
Ésta vez no se le escaparía de las manos en un ataque de ira, ésta vez sería a propósito.
Quería matarlo con sus propias manos hasta verlo yacer en el suelo de su sótano.
Aquél famoso sótano donde estuvo Selene, donde estuvo Oriana y dónde estuvieron miles de otras chicas con diferentes resultados.
Tocó tantas sangres distintas, unas más rojas, otras más oscuras, otras más viscosas y otras más líquidas.
Pero la que más disfrutó tocar, fue la de Mirko.
Solo quería verlo sufriendo, sufriendo por ella, aquella mujer que lo engatuzo con sus bellos ojos marrones, aquellos que a cualquier hombre atraerían.
Soltó el martillo y comenzó a pegarle, sin algún remordimiento ni culpa, estaba tan contento de poder matarlo, estaba entre sus manos y eso lo hacía feliz.
Volvió a tomar el martillo para terminar su cometido hasta que...
'no!, Porfavor Matías no, hacelo por mí no lo mates!' entró ella desesperada.
'Sele..' dijo atónito de verla.
'no lo hagas por favor'
Mirko no podía hablar, simplemente agonizaba.
'porfavor déjame hacerlo, ésto es mejor para los dos, el solo molesta acá, si lo hago podríamos estar en paz' dijo con cara de maniático, que por más loco que suene a Selene le encantaba lo loco que estaba.
Pensó por unos segundos y tomo una decisión importante.
Mirko, por más de que lo intentase ya no podría salvarse, no iba a callarse y era un chico de carácter fuerte.
Por eso mismo, ese día, fue el último día de su vida.
Una corta pero fuerte vida.
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Streets-Matías Candia
FanfictionUn amor, enfermo, pero un amor al fin y al cabo... (Streets-Doja Cat) Colab with ( @Shitty_persxn)