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Cuando un niño es adoptado en una casa hogar es algo fascinante, llenando de alegría un lugar que es -en su mayoría- oscuro

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Cuando un niño es adoptado en una casa hogar es algo fascinante, llenando de alegría un lugar que es -en su mayoría- oscuro.
Los pequeños niños en vez de sentir envidia sienten sus corazoncitos cálidos por ver qué uno de sus amigos tiene la oportunidad de salir y tener una familia.

Sicheng, Yuta y el pequeño Shotaro esperan de manera bastante impaciente sentados en el sofá de gamuza en color café.
La señorita Daisy se ha disculpado por salir de la oficina, pero eso solo los llena de nervios, ella ha salido con la intención de buscar al pequeño que ha sido adoptado por esa bonita pareja.

— ¿Voy a tener que compartir mis juguetes?— Sicheng se ríe un poco por las ocurrencias de su hijo y niega suavemente.

— Llevaremos a tu hermanito de compras para que no tengan que pelear.

Shotaro asiente frunciendo el entrecejo por lo que ha dicho su papá Sicheng.

¡Irían a comprarle cosas nuevas a su hermanito y a él no!

Un pequeño niño de no más de cuatro años entra a la habitación con un peluche de Moomin y una mochila amarilla colgada de sus hombros. Es castañito, tiene ojitos justo como los de un zorrito y tiene una sonrisa bastante chueca. Es adorable, y a pesar de ser mayor a lo que esperaban los señores Nakamoto, es perfecto para tener una familia feliz.

El corazón de Sicheng se oprime al observar el temor plasmado en los orbes castaños del pequeño niño y el peluche siendo apretado fuertemente entre sus bracitos. Puede que su ropita no sea la mejor, pero ellos no saben que son las mejores prendas que ha encontrado entre los quedes de niños más grandes.

Un sollozo sale de los labios de Sicheng, quién se acerca lentamente al nuevo miembro de su familia.

El niño retrocede un par de pasos llevando su dedo pulgar a su boca con la mirada llena de pánico.

«— Sus padres solían golpearlo. Renjun es un caso muy especial por no poder relacionarse bien con los demás niños, no es problemático, pero hay varios días en los que parece no estar presente con los otros niños— relata la señorita Daisy mostrando fotografías que la policía había dejado en su poder. Los hematomas en sus brazos y piernas lucen morados y dolorosos, hay un par de quemaduras hechas con cigarro en su delgado abdomen y pecho.

Sicheng llora siendo acompañado de Yuta. Ambos agradecen haber dejado a Shotaro en casa de sus abuelos, no están seguros de como ver a la cara al pequeño niño que está en el área de juegos en una esquina jugando con un viejo muñeco de felpa color café, luce viejo y Sicheng se asegura de comprarle uno nuevo para llevarlo a su siguiente visita para la culminación de sus trámites.

— Podemos pagar un buen psicólogo para él, tenemos amor extra para darle y paciencia. Lo único que quiero es brindarle un buen futuro y ayudarlo con sus traumas.

Daisy asiente guardando más fotos de evidencia, captando la atención de Yuta con una imagen en específico. Renjun tiene una cicatriz en su brazo derecho.

— ¿Cómo sucedió eso?— señala el japonés con la mera intención de conocer todo lo que ha sufrido ese pequeño e inocente niño.

Las manos de Daisy tiemblan.— Su madre estaba bajo el efecto de las drogas, terminó cortándolo con el pedazo de una botella de ginebra.

Sus corazones se apachurran una vez más y deciden que lo mejor es presentar su papelería completa de una vez por todas y esperar lo mejor.

Sicheng suspira entrecortado cuando su mirada topa con la del niño. Puede ver desde lo lejos un hematoma en su mano y siente la furia correr por sus venas.

— Tranquilo, amor. Daisy dijo que es una marca de nacimiento— susurra el mayor acariciando los hombros del contrario—. También leí su expediente, marcas de nacimiento, alergias y cosas favoritas. No podría perderme algo de mi futuro hijo.

Ambos sonríen sintiendo las lágrimas correr por sus mejillas de solo pensar en lo malo que lo ha pasado ese pequeñito».

— Soy Sicheng, Nakamoto Sicheng, ¿cuál es tu nombre?

El castañito saca el dedo pulgar de su boca.— Renjun.

Shotaro no sabe los traumas que persiguen a Renjun, pero se siente mal cuando ve los ojitos cristalizados del niño.

Renjun nunca creyó que sería elegido entre la gran cantidad de niños que hay dentro de la casa hogar, menos cuando él no es un bebé, como esos a los que siempre buscan.

— Soy Yuta, pero puedes llamarme papá siempre que quieras— sonrió en amplio esperando una reacción por parte del extraño.

Su cabecita se ladea pudiendo observar a su hermano.

— Él es Shotaro, él es tu hermano, ambos pueden jugar y hacer tareas juntos.

Ese día, los cuatro chicos volvieron a casa. Dos con sonrisas brillantes, uno con una mueca de inconformidad y otro casi pegado a la ventana admirando todo el panorama como si fuese un cachorrito.

Hasta que lo ve.

Un chico castañito vestido con traje de baño con dibujitos de peces mirando con atención al carro de los Nakamoto.

Ambos chicos se sonríen y quedan asombrados al ver que son vecinos.

El niño del traje de baño ya sabía con quien jugar en un futuro.

El niño del traje de baño ya sabía con quien jugar en un futuro

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Boy
2021
Na Jaemin
Huang Renjun
By: minhofeelings

boy ; renmin ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora