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Jaemin 19
Renjun 18

El constante sonido de puerta siendo tocada es suficiente para que Jaemin salga de la ducha de manera apresurada, se ponga una bata blanca y corra en dirección a ella con los pies descalzos, dejando mojado el camino del baño a la entrada.

Renjun lo ve con ojitos brillantes por las lágrimas que han caído de sus ojos minutos atrás y parece no importarle la situación en la que Jaemin se encuentra. Se deja caer contra sus brazos y solloza en silencio, cosa que solo logra preocupar al mayor.

Renjun rara vez llora.

Él es un chico muy fuerte.

Y teme la razón de sus sollozos, hípidos y lágrimas.

— Cariño, ¿qué sucedió? ¿te duele algo?— la preocupación es más que palpable en cada una de las palabras del pelinegro.

Carga al pequeño chico y cierra la puerta. Sus pasos se dirigen en dirección a la habitación de Jaemin, Renjun siente su cuerpo ser depositado sobre la cama y el calor corporal de su novio a lado.

— Te amo mucho— susurra Jaemin dejando un besito en la frente del menor—, voy a cambiarme, a cerrar las puertas y a traerte té de jazmín, ¿te parece si el señor Moomin te hace compañía en lo que yo vuelvo?

Renjun asiente suavemente, no sin antes calmar un poco sus sollozos y abrazar al señor Moomin que el mismo le ha regalado a Jaemin en un mesiversario.

Jaemin sale corriendo, tropezando a cada rato y con el solo propósito de volver rápido en rescate de su pequeño novio.

— Yuta— oh, no hay papá Yuta como Renjun suele llamarlo— engañó a papá Sicheng. Papá lo sabía y solo esperaba un detonante para hacérselo saber, por ello mismo me dijo que al notar comportamientos extraños salga de casa para evitar revivir algún trauma, por suerte Taro está fuera de la ciudad con sus amigos.

— Bebé, te estás desviando del tema— recuerda el mayor por todas aquellas veces en las que Renjun le ha regañado por hacerle hablar horas y horas hasta perderse del tema central de la conversación.

El menor asiente y se acurruca más en el pecho descubierto del mayor -descubierto por petición de Renjun-.

— Parece ser que Yuta se está volviendo a ver con la mamá de Taro, y no quiero decirle porque lo quiero mucho y no quiero que se sienta mal. Creo que papá Sicheng le va a pedir el divorcio.

— ¿Y por qué llorabas, cariño? Es algo bueno que Sicheng salga de ahí— la grande mano de Jaemin aterriza sobre las suaves y finas hebras castañas del menor.

— Creí que Yuta iba a golpearme por estar ahí, eso solía hacer el señor Lin cuando era pequeño y discutía con la señora Lin. No lo hizo, me sentí a salvo y enojado a la vez con Yuta— explica dejando salir un suspiro al final por las suaves caricias que Jaemin le brinda.

» Ahorita no pude decirte que yo también te amo.

Alza su rostro y toma en manos el contrario, todo para dejar un largo beso en los labios de Jaemin, dicho beso incluye un poco de saliva, mordidas y sonrisas.
Es sorprendente para Jaemin tener a Renjun de esa manera. Siempre que se besan son suaves besos sin lengua, con puro contacto de labios y tiene que admitir que es asombroso besar a su novio por primera vez de aquella manera.

Un gemido por parte de Renjun es callado por los labios de Jaemin, quién sabe que es más que suficiente por el día. No quiere aprovecharse de la vulnerabilidad que el chico tiene en esos momentos como para pasar a otra base cuando muy apenas se están besando de aquella manera.

— Vamos a dormir, ¿sí?— Jaemin detiene todo pidiéndole a Alexa que apague las luces de la habitación y acomodando su almohada justo como le gusta—. Mañana te llevaré a desayunar al café donde hacen hotcakes en forma de Moomin.

Un beso de buenas noches cae en la frente del castañito.

Jaemin solo puede pensar en lo que pudo haber pasado si no detenía las cosas, puede sentir su entrepierna doler y su temperatura corporal subir.

— ¿Jaem?

— Dime, Junnie.

— Yo de verdad quiero hacerlo— es casi suficiente como para que el autocontrol del chico salga corriendo.

— No te sientas presionado, cariño, podemos hacerlo en cualquier otro momento.

— Jaem, ¿tú no quieres?

— Sí quiero, pero quiero que estés seguro— un pequeño y casto beso cae en la frente del menor—. Te amo mucho y no quiero que lo dudes por no tomar ventaja de tu situación.