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Jaemin 5 años
Renjun 4 años

El timbre de la casa suena y Sicheng solamente grita por la ayuda de Yuta para cuidar el pastel de bienvenida que ha decidido hornear para su pequeño retoño, quién para su sorpresa, está jugando en el patio trasero a lado del cachorrito pomerania ...

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El timbre de la casa suena y Sicheng solamente grita por la ayuda de Yuta para cuidar el pastel de bienvenida que ha decidido hornear para su pequeño retoño, quién para su sorpresa, está jugando en el patio trasero a lado del cachorrito pomerania de Shotaro.

La risita suave del niño hace que los vellos de los brazos de Sicheng se ericen de una manera agradable. No había escuchado reír a su nuevo bebé, pero le alegra y le emociona más de lo que se podía imaginar.

Eso solo significa que Renjun realmente puede alcanzar la felicidad que creía perdida.

Abre la puerta principal de la casa, viendo a un alto chico pelinegro sosteniendo galletas en su mano derecha mientras que con la izquierda sostiene el agarre de la mano de un pequeño niño castaño. Los ha visto en el vecindario, como podría olvidar al pequeño Jung quien suele poner su puesto de limonada en verano.
Pero no puede evitar quedar sorprendido tras ver al padre del chico, quién es sumamente reservado y rara vez se deja ver fuera de casa.

La cabeza del castañito se ladea buscando algo, más bien a alguien.

— Lamento las molestias, pero Jaemin quería compartir sus galletas con el niño nuevo y está seguro de verlo entrar aquí— explica el pelinegro un tanto incómodo por tener que decir aquello solo porque su pequeño hijo parece demasiado perdido buscando algo.

— Adelante, voy a hablarle a Junnie— sonríe el rubio haciéndose a un lado para dejar ingresar a sus vecinos geniales que lo han motivado a adoptar un segundo hijo.

Sicheng camina de manera rápida en dirección al patio, Jaemin solo sigue sus pasos con el corazón latiendo desenfrenadamente por los nervios y la emoción.
Un pequeño castañito entra a la casa con la mirada fija en sus delicadas manos llenas de lodo, césped y algunos pelos color caramelo pertenecientes a Coco.

— Vinieron a visitarte, mi amor, saluda.

Renjun levanta su cabeza y la ladea justo como Jaemin lo hizo al llegar a casa. Quiere llevar su pulgar a su boca como un hábito tan recurrente, pero detiene la acción al observar que sus manos están sucias. Agita de un lado a otro su manita derecha, no se espera que el otro niño corra en dirección al pelinegro y quite la lata de galletas de sus manos.

— Soy Jaemin y quiero que seas mi amigo— extiende la lata con una sonrisa en labios, dando a relucir sus bonitos dientes blanquecinos.

Renjun solamente observa su sonrisa y se pregunta el por qué él tiene dientes tan rectos y brillantes. Renjun tiene dientes chuecos y no son tan brillantes, pero la señorita Daisy solía repetirle que es bonito con todo y su sonrisa chueca.

— Soy Renjun— quiere extender su mano, pero otra vez, se regaña a si mismo por intentar ensuciar al otro chico de una manera casi inconsciente.

Sicheng y el chico pelinegro de nombre Doyoung se adentran a la cocina para tomar café mientras que sus hijos entablan una amistad, o eso esperan.

— Ren, voy a recoger a Taro de su clase de baile, ¿vienes?— la pregunta de Yuta saca al mencionado de sus pensamientos.

Renjun niega. Le teme a Shotaro por sus caras de disgusto y prefiere mantener su distancia antes de crear un problema innecesario cuando está en fase de aceptación por parte de los Nakamoto.

Tiene miedo a hacer enojar a Shotaro y terminar en la casa hogar de nuevo.

— Renjun y yo vamos a comer galletas— habla el chico de sonrisa brillante.

Jaemin no sabe porque su nuevo amigo no habla mucho cuando sus papás suelen decirle que a esa edad hablan de más, pero decide dejarlo pasar. Tal vez es tímido, pero está dispuesto a ayudarlo con su problema de timidez.

Renjun se aleja dejando a Jaemin con el corazón doliendo. El niño no habla y eso asusta a Jaemin, quién cree que ha hecho algo mal.
Sus pensamientos paran cuando observa a su nuevo amigo llegando con las manos ya limpias y húmedas.

— Papá dice que se hizo amigo de papi por compartir galletas en una reunión de oficina— comenta Jaemin tomando asiento en el sofá como si estuviese en su propia casa, cosa que sorprende a Renjun, quién aún se siente incómodo y con la necesidad de pedir permiso para todo.

— Si-Sicheng está haciendo pastel— su voz es suave, y eso le encanta a Jaemin. Quiere seguir escuchándolo hablar por horas y horas, pero tendrá que conformarse con escuchar pequeñas oraciones salir de su boca en lo que su timidez desaparece.

— ¿Sicheng es tu papi?— la pregunta solo logra confundir al niño que es tan poco experimentado en el ámbito de tener una familia.

— Los señores Nakamoto me dejan quedarme en su casa— susurra Renjun tomando en manos una galleta que su nuevo amigo ha llevado.

— ¿Te gustan? Mi papá Doyoung las hizo por avanzar de nivel en mis clases de piano— el niño habla mucho para el gusto de Renjun, pero extrañamente no le desagrada para nada.

— Me gustan.

Esa tarde ambos niños comparten anécdotas tontas, y con ambos niños se refiere a Jaemin hablando hasta por los codos y Renjun escuchando sus palabras atentamente.

Esa tarde ambos niños comparten anécdotas tontas, y con ambos niños se refiere a Jaemin hablando hasta por los codos y Renjun escuchando sus palabras atentamente

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boy ; renmin ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora