Percy Jackson El Campeón De La Reina (Edición)

El Hombre Misterioso

Cinco años desde que alguien había visto al héroe del Olimpo. Poseidón estaba en una profunda depresión, los mares habían estado inquietos por más de tres años.

Todo los ojos se volvieron al Dios del mar. —¿ Qué? Ustedes nunca han perdido a un hijo semidiós?— pregunto el Dios del mar al notar la mirada de todos los presentes, pero nadie se atrevió a contestarle.

Todo el mundo creía que Percy volvería.

—Nota. Nunca te fies de un niño.— dijo Artemisa relajando el ambiente en la sala.

Pensaron que viajaría, que mataría a unos cuantos monstruos, y luego volvería al campamento. Pero después de un año y ni un rastro, la gente comenzó a preocuparse. Después de dos años, Zeus envió a las Cazadoras de Artemisa para rastrear a Percy, simplemente para ver cómo estaba. Desde su desaparición, la mayoría de los Dioses habían dejado de lado sus rencores hacia Percy, dándose cuenta que sus intenciones eran puros. Después del tercer año y sin suerte en el seguimiento de él, la gente comenzó a preocuparse por su seguridad. Hades aseguró al Consejo que Percy aún estaba vivo, pero la gente siguió preocupada. Después del cuarto año, la gente empezó a pensar que nunca regresaría. Él era inmortal; pero después de no tener algún contacto, parecía que la intención de Percy era alejarse del mundo de los Dioses. A pesar de perder la esperanza, las cazadoras continuaron buscando Percy. Fue sobre todo porque Thalia nunca había sido la misma después de que Percy desapareció.

—¿Eso quiere decir que aun faltan dos años para saber de mi hijo?— Preguntó Poseidón con una mirada triste.

Ella sabía que la traición de Annabeth había herido a Percy, pero perderlo había hecho la pérdida más difícil para Thalia. Artemisa también estaba furiosa un semidiós había logrado evadir a sus cazadoras durante mucho tiempo.

—Jajajaja parece que por fin alguien pudo esconderse de ti Arty.— se burló Apolo.

—!Cállate¡ No, me digas así.— espeto Artemisa enojada pero su gemelo solo le sonrió.

Nunca habían fallado antes en una misión. Hasta que Percy Jackson desapareció. Era como si hubiera desaparecido de la faz de la Tierra. Estuvo cerca, pero no del todo.

Dos años después de la desaparición de Percy, semidioses empezaron a aparecer en el Campamento Mestizo aparentemente solos. Los semidioses dijeron que fueron encontrados por un hombre que les ayudó a llegar al campamento, pero siempre se negaba a entrar al campamento con ellos. La gente había esperado que ese desconocido se tratara de Percy, pero cuando los semidioses lo describieron al hombre, dijeron que tenía el pelo castaño y ojos marrones, aplastando la esperanza de que Percy estaba cerca.

—Por un momento pensamos que era Percy, después de todo él siempre ayudaba a los demás.— dijo Quirón, mientras los semidioses suspiraban al recordar sus esperanzas derrumbadas.

—Todos pensamos lo mismo.— dijo Zeus tratando de ocultar su preocupación.

Después de que media docena de semidioses llegarán al campamento acompañados por este misterioso hombre, los Dioses comenzaron a preguntarse quién era y por qué estaba rescatando semidioses. Incluso el hombre había conseguido llevar a varias niñas al campamento de las cazadoras, desapareciendo antes de que las cazadoras se dieran cuenta de una nueva chica había entrado en su campamento; algo que enfureció Artemisa inmensamente.

Cuando Artemisa cuestionó a las niñas de su pasado, generalmente habían sido víctimas de abuso tanto físico y sexual. Dijeron que el hombre apareciera y las rescataba de destinos horribles. Cuando se le preguntó sobre el hombre las niñas solo sonreían y decía que él era agradable y atento, como un gran hermano que vino a su rescate. Cuando describieron al hombre, las chicas dieron las mismas descripciones qué los campistas, pelo castaño y ojos marrones. La única pista sobre su identidad era el nombre de Blake.