Capítulo 6: En la Carretera.

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El pequeño tarareo de la radio la mantenía distraído de los constantes nervios y todas las dudas que molestaban su intranquila consciencia.

El soldado solo trataba de mantenerse despierto; no había pegado ojo en un buen tiempo, vigilando el sueño de la femenina y su contante estado.

La calefacción estaba al máximo, el frío se divisaba en pleno diciembre, la joven aunque estuvieran escapando de una manada de criminales que deseaban torturarla por información importante para crear soldados junto a otro fugitivo, estaba un poco emocionada por la idea del sol acariciando su piel en México.

"Cuantas cosas pueden pasar en un día"

Imagine Dragones resonaba en el pequeño espacio, la joven tarareó aburrida; habían pasado unas seis horas de camino en el que su mente no había dejado de maquinar divertida diferentes escenarios.

Siempre se imaginaba cosas así, en las que escapaba y tenía que hacer planes contra la mafia; era su entretenimiento de niña pequeña, su entretenimiento personal. Incluso a veces escribía horas y horas en las noches, donde guardaba bajo clave en su computadora los tontos escenarios.

La sola idea de que alguien supiera de su existencia la hacía ruborizar.

Su mirada se dirigió hacia el bonito perfil del hombre a su lado.

No le había prestado atención antes, parecía sacado de una película.

Su mandíbula resaltaba la pequeña capa de barba que adornaba su rostro, y su cabello corto y mal cortado lo hacía aún más atractivo a su parecer.

Lo más llamativo del hombre, eran sus relucientes ojos.

-¿Cuantos años tienes?-pregunto sin pensar, rompiendo el cómodo y perfecto silencio.

Sus mejillas se tornaron rosadas al notar como la miraba interrogante.

-Digo..-murmuró avergonzada- vienes de la época del Capitán America y..

-Tengo cien años..-respondió él con falsa tranquilidad.

El silencio dejó su antigua armonía para traer consigo un incómodo intercambio de miradas.

La chica tragó con fuerza para luego subir el volumen de la radio.

¿Como podían pasarle tantas cosas en un día?

Jugueteó tontamente con sus manos, que yacían en su regazo, mientras mordisqueaba su labio nerviosa.

El pobre soldado solo se atrevía a tambalear sus manos sobre el volante, tratando de mantenerse neutral.

Un pequeño reflejo de luz dio contra su mejilla haciéndola sorprender, observó rápidamente al hombre en busca de algún reloj o cadena que causara los pequeños aces de luz, para encontrar algo mucho mejor.

¿Acaso eso era un brazo de metal?

-Oh mierda..-murmuró sorprendida.

Todo los penosos intercambios de palabras se fueron de su cabeza al ver lo que remplazaba su brazo perdido en su dolorosa caída del tren.

El soldado se giró en su dirección, en busca de cual era su sorpresa.

Un leve rubor se esparció por sus mejillas al notar hacia dónde estaba dirigida su atención.

-¡Es genial!-exclamo la femenina con interés.

Hay era donde Bucky ponía nuevamente en duda su estado psicológico.

¿Como mierda podía estar entusiasmada a porque su acosador, ahora compañero de viaje, que principalmente la había secuestrado, hombre sumamente peligroso, anteriormente acecinó, y uno de los fugitivos más buscados, tuviera un brazo de metal?

"Ella", pensó de manera tonta.

-Cuando desaparecí, supongo que lo sabes..-la femenina asintió sin apartar la vista de el brazo izquierdo, parecía una niña pequeña viendo un dulce- cuando me encontró Hydra, tuvo que hacerme esto..un brazo de metal.

-Es genial..-volvía a chillar divertida.

El soldado seguía levemente confundido; era una adolescente un poco difícil de descifrar.

-Gracias..-murmuró el- supongo..

Su mirada curiosa no se apartó de su anatomía el resto del camino, hasta que el soldado paró en un estacionamiento público, que parecía estar cerca de un restaurante de comida rápida.

-Tenemos que descansar y comer así que..-la miró dudoso por unos momento para luego seguir- iré a comprar algo, si quieres, acomoda las cosas atrás para que luego descanses..

-Esta bien-contestó- ¿que hora es?

-Son las nueve y media..-dijo tranquilo para luego habría la puerta y salir con cuidado de no romper nada con sus anchos hombros- espérame aquí..

-Bueno..

La joven a duras penas terminó en la parte de atrás de la camioneta, donde trató de ordenar un poco las cosas del soldado.

-Si no puedo mantener el orden en mi vida, como se supone que lo mantenga aquí..-murmuró mientras apilaba las valijas en un costado.

Colocó las mantas como si fueran dos camas, para luego volver a su sitio.

El soldado volvió con dos cajitas de McDonald's y unos cuantas torres de servilletas.

No pudo evitar soltar una risita ante eso; le izo recordar su su madre.

-Dos hamburguesa con queso, jugo de pomelo, y papas..-recito mientas le daba su encargo- y también traje aderezos, no sabía cuales te gustaban..

-Gracias..

La comida pasó en silencio y pequeños suspiros.

-¿Como vamos a dormir?

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¡Hola lindas!

Espere que estén de maravilla~

Perdón por la tardanza, pero es que estuve un poco ocupada con algunos asuntos escolares y últimamente mi creatividad está un poco floja; culpo a mis ataques de inspiración, que me llevaron a publicar esta historia a tontas y a locas.

No se preocupen de si dejo de actualizar o no.

Si en algún momento paro esta historia, yo les aviso.

Espero que les guste el capítulo.

Hasta la próxima actualización~

Marte Venus fuera ;)

"Criminal"/ Bucky Barnes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora