Capitulo 10

3K 159 1
                                    

Cuando me desperté todos se habían levantado ya, conseguí dormir del tirón, supongo que dormí mejor porque cuando caí rendida estaba Derek conmigo, podían ser demasiado estrictos y sobreprotectores pero de verdad se preocupaban por mí, fui a la cocina y ya tenía el desayuno preparado. Luke Derek y Ryan estaban en el trabajo, me habían dejado una nota al lado del desayuno.

'Tómatelo todo, te echaremos de menos, nos vemos más tarde, pórtate bien.' LDR.

Sonreí feliz al verlo, desayuné y me conecté a las clases online de la universidad, terminé algunos trabajos que quedaban pendientes y hablé con Leila y Rober un rato, los tenia abandonados. Una hora mas tarde me saltó una videollamada de mis amigos.

- ¿Ly donde te metes? Después de la fiesta pensamos que te habrías tirado a alguien, ¿Fue así?

-No chicos, me fui a casa, ¿conseguisteis pillar algo ese día?

- ¡Madre mía que si pillé algo! Un morenazo de metro ochenta manos, y no os digo ya lo que tenía ahí abajo... - Se rió Rober, nunca iba a cambiar.

-Yo no, el tío era un baboso, iba a lo que iba.

- A eso se va a las discotecas a parte de a pasar un buen rato. ¿Qué esperabas?

- Yo quiero enamorarme, encontrar a alguien y no soltarlo, que luego me quedo sola.

-Ay chica, tu lo que necesitas es un buen meneo y se te pasa esa enfermedad del amor. -Rober no quería relaciones, era evidente.

-Chicos me tengo que ir, ya hablaremos.

- ¿Ya? Pues vaya, claro como ahora estás entretenida...- Sabia que se refería a mi trio de oro, y era verdad, me tienen bastante entretenida, pero no de esa manera, ojalá.

Colgué la llamada y me preparé algo de comer, me quedé viendo la televisión un rato hasta que me aburrí y me eché una siesta en el sofá. Una hora mas tarde me desperté con una manta que yo no me había puesto y me levanté.

- ¿Chicos? - Pregunté en alto entrando en la cocina.

-Estamos aquí Ly, no queríamos despertarte.

-Y Ryan?

-Viene ahora, recuerda que el sale mas tarde. -Como podía haberlo olvidado, que despistada. Me acerqué a ellos y les di un abrazo, les eché de menos.

-Pero bueno, la pequeña está cariñosa hoy, ¿eh? -Me devolvieron el abrazo y me senté en una de las sillas.

Me contaron como había ido su día y yo les conté el mío. Poco más tarde oímos a Ryan llegar y fui a recibirle con otro abrazo, era como el hermano que siempre quise.

-Hola Ly, ¿Qué tal el día? Ven pequeña, siéntate, me pongo cómodo y hablamos. -Luke y Derek me miraban preocupados, ¿Qué me estaba perdiendo? Vi a Ryan volver dos minutos más tarde.

- A ver Ly, ¿sabes que te queremos y queremos lo mejor para ti verdad? - Asentí despacio. -Creemos que después de tu pesadilla de ayer deberías hablar con una amiga mia.

-Amiga tuya? Para que voy a hablar con ella?

- Porque es... Psicóloga, y tu pesadilla tenía mala pinta, te puede ayudar. -Abrí los ojos de par en par y me giré de golpe a mirar a Derek.

-¡Dijiste que no dirías nada, lo prometiste, eres un mentiroso, mira lo que has hecho, te odio! ¡Jamás te volveré a contar nada me oyes! ¡Te odio, te odio! -Ryan me sujetó cuando vi que me lanzaba a el. El ni si quiera me miraba.

-Ly, basta. -Pero no paraba. – Para ya, no te lo estoy pidiendo, estate quieta.

- ¡Como me has podido hacer esto! -Dije con lágrimas en los ojos.

- Ly no te lo digo mas veces. Cállate o tendrás un castigo. -Encima... Me levanté cabreada sin decir nada, me levanté y me fui al cuarto dando un portazo y me puse a hacer las maletas. Me iba a mi casa.

- Ly... -Entró Derek sin que me diera cuenta.

-Largo, déjame en paz, no quiero saber nada de ti. -Agarré mis cosas y fui a salir de la habitación, pero Derek me impidió el paso.

-Escúchame por favor, tienes razón, he sido un cabrón, pero es por tu bien te quiero ayudar. -Le miré con rabia, no tenia derecho, no me iba a apiadar.

- Muérete Derek. -Me arrepentí nada mas decirlo. El se quedo quieto con expresión neutra en su cara.

-Mira Ly, te entiendo, estas enfadada, pero eso... No vas a ir a ninguna parte así que suelta las maletas, y estás castigada.

- Tu no mandas sobre mí, déjame pasar. -Intenté salir pero me agarró el brazo y me inmovilizo a centímetros de él.

-No te lo repetiré, por favor, déjalas. -Y las solté en la cama sin dejar de mirarlo. Me acerque un poco más y al fin me besó. Estaba enfadada, no se me había olvidado, pero es como una droga para mí.

Mis TresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora