Almas manchadas de sangre.

Capítulo 7: Hermanos de armas

Capítulo 7

"Sir Integra, a la luz de su reciente solicitud de reforzar nuestra mano de obra en general a raíz del ataque, me he tomado la libertad de contactar a un grupo de mercenarios profesionales".

Integra se burló internamente. Había tratado con mercenarios en el pasado, y si había algo que había aprendido de sus encuentros anteriores, era que no existía un verdadero mercenario profesional. Los mercenarios no simpatizaban ni se preocupaban por ninguna causa, y simplemente morderían en la primera oportunidad que se les presentara para obtener una ganancia rápida.

"¿Mercenarios, Walter? Hombres que simplemente están motivados por un ansia insaciable de dinero ... ¿podemos confiar en tales soldados?" reflexionó la rubia con un toque de sarcasmo.

"Normalmente compartiría sus dudas, señora", respondió el mayordomo con una pequeña sonrisa. "Sin embargo, estos hombres en particular parecen ser profesionales adecuados; siempre que tengan un contrato y se les pague la cantidad especificada, los Wild Geese nunca incumplirán su palabra".

La matriarca Hellsing permaneció en silencio por un momento, sumida en sus pensamientos. Después de varios minutos de reflexionar sobre sus opciones, Integra finalmente se encontró con la mirada de Walter una vez más. "¿Qué tan pronto pueden estar aquí? Si debo confiarles a estos hombres la seguridad de mi hogar y otros agentes de campo, entonces quiero al menos poder evaluarlos personalmente".

Walter sonrió un poco descaradamente. "Esa es la belleza de esto, Señora, ya están aquí. Los tengo esperándolo en el salón principal; el Maestro Ichigo y la Srta. Victoria los han estado vigilando hasta ahora."

Sonriendo a cambio, Integra se desempolvó el traje y se puso de pie. "Bueno, entonces, supongo que no deberíamos hacer esperar más a nuestros invitados, ¿verdad?"

Ichigo frunció el ceño.

Había lidiado con muchas cosas en el transcurso de su mandato como Substitute Soul Reaper, desde Hollows, otros Soul Reapers y maníacos rebeldes empeñados en convertirse en su propia versión retorcida de un dios. Como tal, ha habido muchas ocasiones en las que se había sentido más enfurecido.

Yamamoto lo enfureció porque el anciano era demasiado engreído para su propio bien, incluso si sus acciones seguían siendo un esfuerzo por proteger a la Sociedad de Almas.

Grimmjow lo cabreó tanto por su actitud arrogante como por su brutalidad en general.

Uryu era realmente molesto.

Sin embargo, el tipo de ira que estaba experimentando en ese momento era algo diferente a todo lo que había sentido antes. Claro, su rasgo de carácter general básico era que quería proteger a las personas cercanas a él, y él era muy consciente de eso. Pero el tipo de furia protectora que giraba en su pecho en este momento era de alguna manera… diferente… de lo que solía sentir.

Tal vez tuvo algo que ver con el hecho de que un grupo de al menos veinte hombres de entre veintitantos y principios de los treinta estaban casi todos mirando a su mejor amiga y compañera de campo como un trozo de carne ...

Seras estaba inquieta con clara incomodidad, y hace varios minutos se había maniobrado detrás de Ichigo en un intento de bloquear las distintas miradas que estaba recibiendo. El mismo cabeza naranja estaba dando a los Gansos Salvajes una mirada tan fría y feroz que podría haber congelado todos los volcanes del planeta.

Byakuya se habría sentido orgulloso.

"Oi, vamos trou du culs; muéstrale un poco de respeto a la dama, ¿eh?"