Cuando esté segura de que quiero decirle adiós

187 5 0
                                    

LUFFY, HANCOCK & SABO

—Estoy tan enamorada, él es tan perfecto, tan noble, ¿cómo no podría amar a un ser tan puro como él? – sus sonrisa risueña se asomaba en la comisura de sus labios siempre que hablaba de él.
—Lo sé, él es genial – dije con un ánimo que no era alegre pero ella no tuvo la intuición para poder encontrar el sentimiento en mi voz porque todo se trataba del chico que le gustaba, de lo que hacía, de lo que decía, de lo que no le gustaba de lo que pasaba a su alrededor —, pero recuerda que sigue siendo humano, no es per...
—Sabo, ya me lo has dicho muchas veces, ya lo sé – decía con un tono de voz bastante enojada, los mechones de cabello le caían en el rostro con el soplar del viento —, pero él es diferente... Él es diferente – repetía al aire. Recuerdo la primera vez que lo dijo, que me dijo que le gustaba un chico dos grados menos a ella y que estaba decidida a hacerlo suyo. Ese día no pude descifrar lo que sentía, ni lo que ella pensaba pero el sólo hecho de imaginarla tomada de la mano de otra persona me hacía sentir incómodo. Después de que me dijo todo lo que quería, ella empezó a hacer mil cosas para captar la atención de este chico, delgado, muy bajo en comparación a ella, con el cabello revuelto negro y una pequeña cicatriz debajo del ojo izquierdo, radiaba como un rayo de sol y por lo que sabía y había investigado para ayudar a Hancock, tenía un carisma acogedor que podía influir en cualquier persona y me di cuenta del porqué ella se fijaría en él.

Luffy tenía carisma, el modo de bromear con los demás era demasiado inocente y no parecía interesarle lo que a la mayoría de los chicos, era tan fácil tratar con él que era inevitable querer su compañía. Tenía un rostro bonito, de piel blanca, con una sonrisa grande y con los ojos redondos. Hancock siempre estaba diciendo que su sonrisa era tan transparente con su alma que no necesitaba saber más de él para enamorarse. ¿Cómo podía competir contra un rayo de sol? Yo no era la mitad de lo que él, me costaba interactuar, me cerraba a un círculo social, tenía una horrible cicatriz que casi abarca la mitad de mi cara y... No tenía el don de poder sacar una buena conversación o mantenerla, no era ni la mitad de lo que ese chico era. Sabiendo todo esto de mí, de lo lejos que estaba de ser como él, no podía negarme a ayudar en todo lo que pudiera a Hancock para que su amor fuera correspondido, aunque realmente estaba deseando que no fuera así.

—El sábado iré con Luffy y sus amigos a comer, ¿quieres venir? – Se había puesto más bonita de lo que era. Bien dicen que las personas cuando están enamoradas se vuelven más atractivas. Tenía su cabello largo, sedoso, cortado perfectamente en línea recta, oliendo a flores. Luffy podía tener todo lo que yo no, pero nunca podría tener este amor que le tengo. ¿Cómo podía alegrarme de eso?
Estaba en una etapa en donde no sabía qué me estaba haciendo más daño, yo tratando de ayudarle o yo escuchando a Hancock enamorarse más.
—Paso, no quiero que después vengas a reclamarme porque hiciste alguna cosa vergonzosa por mi culpa.
—Por favor, ven conmigo – sus manos tomaban las mías haciendo que mi corazón se acelerara, ¿por qué no podía ser suficiente para que me mirara como lo hacía con él? Tal vez era porque no era sociable, porque mi cabello no era sedoso, porque mis piernas eran muy delgadas o por esta horrible cicatriz en mi rostro.
—Lo siento... No puedo, pero si quieres que te ayude a escoger qué te pondrás, puedo hacerlo sin problema – recuerdo la primera vez que rechacé salir con ella, recuerdo su rostro asombrado, sus ojos viéndome tratando de hacerme decir que era una broma, recuerdo el tono de su voz al decir "oh, bueno... Está bien", recuerdo que después de aquello ella seguía como siempre, como si no le hubiera importado que rechazara sus propuestas.

—Ya no sé qué más hacer, no parece ser suficiente nada de lo que he hecho... Él sigue estando tan lejos...
—¿Por qué no pasan más tiempo juntos?, podrías invitarlo a salir, creo que está en el equipo de baloncesto, ¿por qué no te unes?
—Es buena idea, ¡gracias! — ¿cómo podía negarle la ayuda cuando ella hacía esa cara de tristeza? No podía, ni si quiera si se trataba de mi propia salud mental.

Verano siempre me recordará a ti #OnePieceWeek2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora