Dos días después, había llegado el miércoles de mañana y fue cuando me encaminé a la casa de Soojin. Me había propuesto juntarnos de tarde pero yo no podía en ese horario.
La mañana de verano parecía una de invierno, me maldecí en el camino por no haber llevado un abrigo.
Era solo el comienzo de diciembre y yo me había vestido como si fuera mediados de enero.El reloj de mi muñeca marcó las ocho y media de la mañana cuando llegué a la casa de los Seo. La pequeña vivienda acogedora y perfecta para tres personas era tal y como la primera vez que fui a su casa.
"Siempre tan puntual, Shu" me alaga la señora Seo en cuánto me ve llegar por la ventana con marco de aluminio.
Entré y el calor me abrazó cuando las paredes hechas con madera me rodearon, fotos de la familia en las paredes y la chimenea apagada me trajeron recuerdos de cuando tomábamos chocolate caliente en el invierno pasado mientras su padre nos contaba una de las tantas historias que escribía.
El padre de Soojin era escritor y su madre solía ser cantante de una banda que tocaba en bares, no me extrañaba que ella fuera tan talentosa y amara tanto el arte.
"Tanto tiempo, Yeh" me saludó el señor Seo cuando apartó la mirada de la televisión y me vio.
"La verdad que sí, señor"
"Tantos años y aún me tratas de usted" rió.
La madre de Soojin me indicó que subiera hasta su cuarto y sin intenciones de hacer ruido, subí despacio la escalera.
Seo me debió de haber visto subir porque se asomó al segundo descanso y entre risas me dijo "No estaba durmiendo, boba".
Miré hacia arriba sonriente y mi corazón comenzó a palpitar cuando la vi en su pijama rosa y sus rojos rizos despeinados. Subí los cinco escalones restantes y cuando llegué me saludó con un beso en la mejilla como habitualmente hacíamos. Pero claro, la que siempre se ponía roja era yo. Me invitó a entrar a su encantadora y humilde habitación pintada de un turquesa claro, con algunos peluches de su infancia y una decoración tan bonita y elegante.
Los posters en las paredes de Palaye Royale se los había regalado yo cuando en el verano pasado me dijo que le encantaba la banda. Se había puesto tan feliz y emocionada que todavía sentía sus cálidos brazos rodeando mi cuerpo.
"¿Con qué materia quieres comenzar?" me preguntó haciéndome girar a verla.
Se había quitado la remera del pijama quedando solo en el sostén negro que siempre usaba mientras buscaba tranquilamente otra remera limpia que ponerse.
Enrojecí cuando vi el pequeño lunar que tenía en su escote y me odie a mi misma por verla de esa forma. Miré hacia un costado mientras ella se cambiaba y conté hasta diez tratando de tranquilizarme.
No había funcionado.
"Oye, ¿Empezamos con física?" me preguntó sonriendo mientras sostenía un libro de la materia en una de sus manos y con la otra peinaba su largo y rojo cabello.
"Claro"
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Hey, Soojin - 𝐬𝐨𝐨𝐬𝐡𝐮
Fanfiction"Puedo darte 50 razones de por qué debería ser la que elijas" #24 en Sooshu