Solo imagina esto por un segundo: Estas
sentada en tu habitación *puerta
cerrada con llave* con una lapicera y un
papel en blanco frente tuyo. Tu mano
tiembla y las lágrimas caen otra vez, es
la tercera vez en una hora. "Para mi
familia" escribes en la hoja pero decides
que es una mala manera de empezar tu
carta, de suicidio. Pruebas de nuevo, una
y otra vez pero no sabes como comenzar.
Nadie te entiende, nadie entiende lo que
estás pasando, estás solo, o al menos
eso piensas. A nadie le importa si estás
vivo o muerto. Es de noche, te deslizas
en la cama; "Adiós" le susurras a la
oscuridad. Tomas tu última respiración y
acabas con todo. ¿A nadie le importa
no? Bueno te equivocas...
Es martes, la mañana siguiente. A las
7:00 tu madre llama a tu puerta; no
sabe que no puedes oírla, no sabe que
ya te has ido. Golpea unas veces más,
como no hay respuesta de tu parte abre
la puerta y grita. Se desploma en tu
habitación mientras tu padre correa ver
que sucede; tus hermanos ya se habían
ido al colegio. Tu muy débil madre reúne
toda la energía que le queda (la que es
prácticamente nada) para caminar hacia
tu cama. Se apoya en tu cuerpo muerto,
llorando, apretando tu mano, gritando.
Tu papá está tratando de mantenerse
fuerte pero las lágrimas escapan de sus
ojos; llamando al 000 o 911 con su mano
izquierda mientras que la otra está en la
espalda de tu mamá. Tu madre se culpa
a sí misma. Todas esas veces que te dijo
'no', todas esas veces que te gritó o te
envió a tu habitación por alguna
estupidez. Tu padre se culpará a si
mismo por no estar cuando le pediste
ayuda, por dejar la casa para ir a
trabajar por tanto tiempo. ¿A nadie le
importa no?
8:34. Golpean la puerta de tu aula, es la
directora. Luce más preocupada que
nunca. Llama a la profesora a un
costado; todos los estudiantes están