CAPÍTULO VII: NEPTUNO

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Cuando el amor neptuniano nos invade, las personas quieren entregarse completamente al amor y están dispuestas a abandonarlo todo para conseguirlo. En estos casos, muchas personas llegan a un estado ilusorio completamente alejado de la realidad en el que no perciben sus responsabilidades. Esto ocasiona dependencias, perturbaciones psíquicas y neurosis. Estas personas no pueden agarrase a nada y fácilmente se convierten en las víctimas de engaños de todo tipo. Se cuelgan de personalidades más fuertes que las manipulan y utilizan.

Jay y Kari pasaron el resto del día juntos en el subterráneo, lejos de todos. Durmieron abrazados en el viejo sofá que había en ese lugar.

Una buena siesta, era lo que ambos, pero en especial Kari, necesitaba para eliminar todos esos sentimientos negativos que estaban afectando su vida.

A decir verdad, Kari pudo dormir más que Jay, pues en la mente de este último rondaba un recuerdo de aquella noche que no lo dejaba estar tranquilo. Incluso se quitó la camiseta para dormir un poco más cómodo.

Al pasar de los minutos, Kari comenzó a despertar. Abrió los ojos y se percató que estaba en los cálidos brazos de su novio, tan cerca de su tersa piel y tallado abdomen.

Jay: — ¿Dormiste bien? — le susurró al oído. Al estar acurrucados, Kari prácticamente podía sentir la respiración de Jay en su cuello.

Kari: — ¿Qué hora es? — empezó a moverse.

Jay: — Aproximadamente las 10 de la noche.

Kari: — Se supone que debo estar en casa después de la escuela. Ya pasaron 6 horas — dijo con voz alertada.

Jay: — Tranquilo — le dio un suave beso en la mejilla para calmarlo — Le dije a Matt que le diga a Selene que invente una excusa para tu papá.

Kari: — ¿Selene estuvo de acuerdo? — todos sabían que Selene tenía una estricta política de cero mentiras.

Jay: — Pues supongo que sí, después de todo Matt es su novio y tú eres su amigo.

Kari: — En ese caso, supongo que me quedaré. Abrázame más fuerte. — sonrió.

Jay: — ¿Seguro? No quiero despertar algún recuerdo malo — dijo voz muy preocupada.

Kari: — Es difícil, ¿sabes? No voy a mentirte — suspiró — Cada vez que tus manos están cerca de mí, no puedo evitar pensar en mi abusador. Pero, hay algo en ti que me hace sentir seguro. No sé si es manera en la que me hablas, la manera en la que me miras o la manera en la que te preocupas por mí; no sé que diablos sea. Pero sé que estando contigo nadie me hará daño. Así que, por favor, no tengas miedo de tocarme, porque contigo jamás volveré a sentir miedo otra vez.

Jay: — Yo siempre te protegeré, sin importar lo que pasé. Yo siempre, ¡siempre! voy a cuidar de ti.

Era muy importante para Kari aclarle sus sentimientos a Jay. Pues nuestro chico no quería que su novio cargara con ese peso tan grande. El peso de no saber qué hacer o como tratar al chico que ama. Es por esa razón que Kari decidió dejar las cosas en claro.

Pasaron alrededor de otros treinta minutos abrazos mirando las estrellas. Todo estaba perfecto, hasta que el teléfono de Kari comenzó a sonar.

La Teoría del Universo: El origen de un amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora