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El día tan ansiado había llegado, Jin estaba atendiendo un par de saludos de personas realmente millonarias interesadas en su próxima línea de ropa, además de otras negociaciones interesantes, pero aun con todo eso Jin se tomaba su tiempo para ir y animar a todas y todos sus modelos, sentía que era necesario más aún en esta pasarela, se sentía diferente, incluso él podía cortar la presión y la tensión que se sentía. Se dio un suspiro y tomo de su malteada para intentar relajarse.

‒ Tú solo tomas malteada de fresa cuando te sientes nervioso ¿Qué pasa? ‒ Jin dio un suspiro largo y se giró encontrándose a Jimin detrás de él con esa sonrisilla curiosa característica del chico que ahora llevaba el cabello grisáceo.

‒ Eso pasa, estoy nervioso‒ murmuro volviendo a tomar de la bebida ‒ hay algo que me mantiene inquieto, pero te prometo que ya revisé todo como 50 veces, nada puede salir mal‒ suspiro.

‒ Quizá fue el exceso de trabajo que pusiste en esa línea de ropa, te excediste con las prendas y te esforzaste a trabajar de más... pero bueno, ya está, después de esto te irás directo a descansar a casa con millones de contratos en la bolsa de personas que quedaron encantadas con la colección‒ Jimin volvió a sonreír y Jin suspiro un poco más aliviado, su pequeño amigo tenía un poder inigualable en su melodiosa voz, siempre lograba calmarlo en cualquier situación, por eso amaba a ese chico.

‒ No sé qué haría sin ti aquí Jimin‒ sonrió y lo abrazo por los hombros, el de cabello gris le dio un pequeño besito en la mejilla y sonrió.

‒ Ve por ello campeón, te estaremos mandando buenas vibras desde la mesa‒ dijo y con un apretón de manos salió de entre el pasillo de camerinos, pues, aunque era el mejor amigo de Jin al no querer darse a conocer entre el ojo público que normalmente asechaba al azabache era tratado como un simple empresario más.

Jin suspiro y termino su bebida y después de darse ánimos a si mismo volvió a tomar un poco de seguridad, la pasarela estaba a nada de comenzar y él debía mantenerse concentrado, ser el líder de todo aquello y hacer que funcionara, cosa que hizo a la perfección, comenzó a mover y organizar todo por última vez, esperando todo resultara perfecto y sí, todo parecía estarlo hasta que sintió la ausencia de su modelo estrella de la noche, no quería decir que los nervios comenzaron a consumirlo cuando no encontró a Jennie en los camerinos o junto a los demás chicos y chicas, él intentaba ser lo más positivo mientras iba de puerta en puerta intentando encontrar a cierta niña que estaba vistiendo su vestido maravilla.

SeokJin se detuvo abruptamente antes de cerrar la puerta que daba al callejón de ese auditorio donde estaban (sí, él realmente había bajado hasta los lugares más obscuros completamente en pánico al no encontrar a Jennie) cuando escuchó unos muy débiles sollozos, su corazón se estrujo por completo al ver a la pequeña chica echa un ovillo casi queriéndose fundir con los botes sucios de basura, mordisqueo su labio y se agacho en cuclillas hasta estar frente a la morena quien solo atino a esconderse más entre sus piernas.

‒ Hey bonita ¿qué paso? ‒ pregunto cariñoso y lleno de calidez.

Jennie no podía creer que existiera una persona tan buena como lo era Kim SeokJin, ella había huido de su deber el día de la pasarela y en lugar de gritarle y exigirle que regresara adentro le estaba hablando de esa forma tan paternal que le hizo sentir aún más miserable, levanto su rostro limpiando con dificultad sus lágrimas.

‒ Yo, yo lo siento tanto señor Jin‒ murmuro ella sorbiendo su nariz ‒ sé que debe odiarme mucho en este momento, pero no me siento segura de salir...‒

‒ Nunca podría odiarte Jennie, eres una niña increíble, tan dulce y simpática, tampoco me preocupa que no quieras ir a modelar, pero me preocupas tú cariño ¿qué te tiene tan mal? ‒ Jin acaricio su cabello con cuidado, se sentó frente a ella importándole muy poco que su costoso traje ahora estuviera ensuciándose.

ALGO DE TI 『 namjin 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora