▲n u e v e▽

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Jin estaba aturdido, sentía como si todo su cuerpo hubiera sido arrastrado y golpeado por muchísimo tiempo, no recordaba nada, solo recordaba vagos sueños de él sobre una pasarela muy grande, quizá infinita antes de entrar en una total obscuridad. Parpadeo muy débil comenzando a abrir sus ojos, todo estaba muy claro y poco a poco las cosas se volvieron más visibles al igual que los sonidos a su alrededor, se dio su tiempo para enfocar bien la sonrisa gigante de alguien frente a él y entonces su cabeza comenzó a procesar mejor, comprendiendo que frente a él estaba Jimin, sus ojitos aún más pequeños por estar hinchados y por esa sonrisa tremenda en su rostro.

‒ Al fin, despertaste Jin... hola‒ la voz del rubio era una combinación de sentimientos que el azabache por su falta de conciencia no podía entender muy bien.

‒ ¿Jimin? ¿Qué...?‒ pregunto, su garganta ardió de pronto gracias a la poca humedad que tenía en toda su boca, intento tragar sin éxito y lo dejo por la paz concentrándose en el chico y entonces pequeños recuerdos llegaron a su cabeza concluyendo en un punto que le hizo recuperar toda lucidez en un microsegundo abriendo sus ojos e incluso queriendo moverse de forma brutal en la cama provocando que todo su abdomen doliera de forma terrible ‒ ¡¿MI BEBÉ?! ‒ fue lo único que grito antes de maldecir por el dolor, sintió las manos de alguien en sus hombros y noto el rostro asustado de su mejor amigo, respiro profundamente tomando la mano del menor logrando que este le observara ‒ Jimin ¿Qué paso? ¿Mi hija? ¿Dónde estamos? ‒ pregunto asustado, el rubio miro a los lados y después volvió a sonreír tratando de calmarle.

‒ Jin, no estás en condiciones de hacer ningún movimiento brusco... tú hija está bien, es una niña muy sana y fuerte, fue algo complicado pues en la cesárea tú perdiste demasiada sangre y perdiste la conciencia‒ Jin sintió que su alma volvía su cuerpo y sintió ganas de llorar ‒ ella está en las incubadoras, al parecer tiene un pequeño problema respiratorio, nada de qué preocuparse pero prefieren tenerla bajo observación para evitar cualquier complicación... todo salió bien Jin, están bien los dos‒ dijo el menor sintiendo su voz algo rota pero ahora por la felicidad de ver a su amigo, casi su hermano despierto, no podía ni siquiera intentar descifrar cuanto fue el dolor y la angustia que pasaron cuando Jin paso a estado crítico por la pérdida excesiva de sangre, pero estaban bien, ambos, SeokJin y su hija estaban a salvo como él se los prometió.

‒ ¿Cuánto tiempo? ‒ pregunto algo perdido el mayor, quería levantarse y correr a las incubadoras para ver a su pequeña, quería cuidarla, besarla y conocerla, él lo ansiaba, una parte de su pecho estaba vacía todavía.

‒ Fueron dos días los que estuviste inconsciente‒ hablo y se giró cuando escucho la puerta ser abierta.

Jin le sonrió al doctor que conocía a la perfección, su obstetra en el proceso se había convertido en un verdadero amigo para él, sin duda le tenía confianza, fue su pilar en sus momentos de angustia cuando nadie estuvo para él, Jimin y Jungkook eran su familia, pero entendía que nos siempre podían estar con él, ellos necesitaban su espacio y tiempo como pareja y Jin lo entendía, claro que lo hacía, así que vivir un embarazo, antojos, mareos, vómitos y demás completamente solo fue duro, pero el médico estuvo para él, por teléfono o en la consulta no lo abandono nunca y se sentía infinitamente agradecido por ello.

‒ Lamento la tardanza, espero la noticia se las hayas dicho con tranquilidad, lo último que necesitamos es que te alteres o te agobies Jin‒ el hombre dijo un poco más tranquilo al ver el estado del papá primerizo, Jimin sonrió asintiendo.

‒ Creo que está bien‒ dijo y sonrió mientras Jin tomaba su mano con fuerza.

‒ Hablare con él Jimin‒ dijo y el rubio entendió claro el mensaje, dejo un besito en la frente de su amigo y salió mucho más tranquilo del lugar. El obstetra suspiro y se acercó a Jin comenzando a checar sus signos vitales y haciendo preguntas de rutina, Jin solo asentía o negaba cuando era necesario ‒ bien, todo parece en orden, de igual forma estarás bajo observación al menos un día más‒ dijo anotando varias cosas en unas hojas que llevaba consigo.

‒ ¿Mi hija doctor? ¿Cuándo voy a verla? ‒ pregunto Jin ilusionado, el hombre suspiro y bajo sus lentes con una sonrisa.

‒ Muy pronto Jin... ambos fueron muy fuertes con todo, tu embarazo se volvió riesgoso en el último momento, fue complicado que ella naciera no lo negaré, pero ambos lo resistieron de la mejor manera. Está en las incubadoras porqué tú estabas en un lapso de coma que no podíamos descifrar si era critico o no, además de que sus pulmones presentaron una deficiencia por los problemas de parto, tu hija presenta un diagnóstico de asma leve intermitente, lo que significa que necesitara un tratamiento para ser controlada de inmediato, no es grave, pero será una condición de por vida Jin‒ resumió el doctor con una expresión seria.

La condición de la pequeña no era grave, el asma era leve y sería controlable toda su vida pero Jin sentía que era la noticia más devastadora que había recibido en los últimos años, su corazón se estrujo ¿asma? Era un bebé ¿Cómo podría su bebé tener asma? Sintió el nudo en su garganta y antes de querer evitarlo ya estaba sollozando, sin poder creerlo, era mucho para él, Jin solo deseaba cuidarla con su vida.

‒ Jin, por favor no te alteres, ella estará más que bien, lo prometo‒ el médico intento calmarlo.

‒ ¿Me lo promete? ¿Ella estará bien? ‒ murmuro con lágrimas bajando por sus ojos hasta perderse en la almohada que descansaba bajo su cabeza, el doctor podía notar la mirada rota y completamente devastada del nuevo padre ante esa noticia, él realmente quería decirle que no pensara cosas que no eran, que su hija estaría bien, que todo estaría en buenas condiciones, pero también entendía que era primerizo en todo y debía estar incluso asustado, sonrió intentando darle más tranquilidad, Jin le recordaba a su hija, la misma ternura, la misma ansiedad al saber que serían padres y el mismo destino de criar a un hijo sin nadie a su lado, no era que lo necesitaran, tanto su hija como Jin eran valientes y demasiado fuertes, simplemente era bonito ver parejas casadas, felices, llenas de ilusión, afrontando juntos las situaciones tanto buenas como malas.

‒ Ella estará más que bien, aparte, lleva tus genes Jin y tú eres muy fuerte‒ ambos rieron, Jin intento calmarse y suspiro.

‒ Quiero verla‒ susurro con sus ojitos aun llorosos, el doctor suspiro y negó siendo amable.

‒ Te prometo que en cuanto mejore tu estado de salud, te llevare a verla, lo juró‒ sonrió ‒ incluso, dependiendo de la evolución de ambos estoy seguro que más pronto de lo que imaginas estarán fuera Jin y podrás disfrutar a tu hija como es debido‒ alentó.

Jin asintió y el médico se despidió diciéndole que enseguida le subirían su medicamento y un poco de agua, el azabache se sentía completamente agobiado, la sensación de vacío al no tener aun a su hija junto a él era desgarradora, la necesitaba, quería ver su pequeña carita, sus manitas... suspiro y evito volver a llorar, agradeció internamente cuando ahora su madre entro a la habitación enseguida llenándole de besos y cariño, lo necesitaba, sentía que necesitaba todo el apoyo el mundo pues era demasiado y él no tenía a nadie a su lado. 

 

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ALGO DE TI 『 namjin 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora