Solo una mirada (SwanQueen AU)

Capítulo 17.

—¿Mami?

—¿Si cariño?— Dijo Zelena viendo a la pequeña niña asomada desde la puerta de su habitación.

—¿A dónde fue la tía Gina?

—A decirle a Emma que está enamorada de ella.— La pelirroja se encogió de hombros mientras decía aquello.

—Vaya...— Robin levantó ambas cejas en señal de sorpresa y después sonrió. —Ya era hora.

—Tienes razón, ya era hora, ahora vuelve a la cama o venderé tus cosas por eBay.— Dijo la pelirroja haciendo que la niña riera y volviera a meterse en su habitación cerrando la puerta detrás de ella.

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La morena estaba frente a la puerta del departamento de Emma, llevaba allí quince minutos y aún no encontraba las palabras para poder decirle lo que sentía, tal vez se había precipitado. Tal vez solo se había dejado llevar por la adrenalina que la reciente pelea con su madre había le había generado.
Hacia apenas 10 minutos se sentía capaz de todo y ahora se sentía tan pequeña, de nuevo el miedo empezaba a apoderarse de ella. Nunca se había sentido tan segura e insegura a la vez.
Pero a pesar de todo sabía exactamente lo que sentía por Emma, por primera vez entendía todo lo que pasaba con sus sentimientos respecto a Emma, solo que no sabía exactamente que palabras debía usar. Se consideraba alguien bueno con las palabras, pero en estos momentos se sentía como el ser más estúpido del universo.

—Esto es estúpido.— dijo para si misma. Ir hasta allí a esa hora había sido una estupidez. Todo le parecía una estupidez en esos momentos.

La morena parecía dispuesta a irse. Sin embargo la puerta que estaba enfrente se abrió dejando ver a una rubia, la cual frunció el ceño en señal de confusión.
—¿Regina? Escuché ruido afuera. No me dijiste que venías, acaso...

—Estoy enamorada de ti.— Dijo la morena de repente.

Emma se quedó de pie frente a la puerta sin poder moverse, sus cejas empezaron a levantarse en señal de sorpresa, aunque en sus ojos había una pizca de confusión. No era algo que esperaba que Regina dijera. O al menos esperaba decirlo ella primero.

—Quiero decir...— Regina carraspeo y después bajo la mirada avergonzada mientras pasaba un mechón de su negro cabello detrás de su oreja. —Esto es estúpido, todo es estúpido... Y yo soy estúpida.

Emma recuperó el control en su cuerpo y negó.
—No, no. No es estúpido, es solo que me pareció haber escuchado que dijiste que estabas enamorada de mí.

Regina levantó la mirada solo para encontrarse a Emma sonriendo ligeramente, soltó todo el aire que había estado conteniendo y continuó:
—Lo estoy... Estoy enamorada de ti... Acabo de enfrentar a mi madre por ti, ¿Puedes creerlo? La eché de mi casa, de seguro en estos momentos está pensando en quemar mis álbumes de fotografías de niña, o las cosas que deje en el ático, tal vez ya estoy fuera de su testamento.— Regina soltó una carcajada nerviosa mientras miraba hacia el techo. Regreso su mirada a la rubia segundos después. —Lo que quiero decir es que... Me gustas, estoy enamorada de ti, disfruto verte cada día, amo tu forma de ser con Henry y con Robin, hasta con Zelena eres maravillosa, incluso me encanta que algunas veces comas como si no conocieras los cubiertos, amo que me obligaras a comerme una dona después de haberte dicho que no había probado una dona en quince años y amo tu chaqueta, si lo sé, me sigue pareciendo horrible pero tú haces que se vea perfectamente horrible. Eres la persona más irritante que conozco, al igual que la más maravillosa y estoy enamorada de ti por esas y por un montón de razones más.

Emma seguía perpleja parada en la puerta. Alguien debía pellizcarla porque parecía estar soñando, ya había soñado varias veces con Regina, aunque pasaban otras cosas muy distintas a lo que estaba presenciando.
"Ok Swan, no lo arruines esta vez, no digas nada estúpido." Se dijo a si misma, recordó lo que se había dicho tiempo atrás, Regina era como un gato, algunas veces te amaba, otras prefería sacarte los ojos. ¿Por qué estaba comprando a Regina en esos momentos con un gato?