Steve sabe que ahora mismo parece más un niñito malcriado que él mismo, pero no le interesa. No quiere irse. Odia la idea desde que sus padres se lo comunicaron y no puede imaginarse lo que será de su vida si llega a suceder. No aguanta los cambios, no aguanta salir de su rutina, no soporta lo distinto, no soporta que arruinen sus planes. Él está perfectamente bien ahora, en su país, con su amigo, su gatita y su fiel pez. Han sido diecisiete años de su vida de esa manera y no está listo para salir de su comodidad, de su felicidad que le ha costado conseguir. Muy en el fondo sabe que no hay manera de cambiar lo que ya está decidido, pero no le interesa, no pierde nada intentarlo.
⎯Steve, hijo, te hemos repetido millones de veces que no vamos a cancelar la mudanza. Ya lo sabes, tu padre perdió su trabajo y esta oportunidad salió casi como un milagro, puede que esté a millones de kilómetros de aquí y sea un lugar nuevo para ti, pero no había más opciones, cielo... ⎯Su madre intentó hablarle en un tono cariñoso y conciliador, pero salió un poco forzado. No es estúpido, él sabe que el nuevo trabajo de su padre será una gran oportunidad para todos. Está consciente de que su vida mejorará, la paga es mucho mejor y podrán permitirse cosas que nunca habían podido, pero no puede evitarlo, no quiere dejar su país. Ya han pasado meses desde que le comunicaron la noticia, y simplemente ha sido muy difícil aceptarlo. Ya todo está empacado, vendieron todo lo que se podía vender, la casa, él carro, ya se despidieron de sus familiares, pero él no ha empacado nada, no ha sacado su ropa del closet ni guardado sus cosas. Sus padres han intentado hacerlo, claro, pero no los dejó. Su cuarto siempre está con llave y han tratado de no regañarlo y llevar el asunto con calma, pero ya llegaron a su límite, o eso él supone, de otra manera no estarían ahí obligándolo a guardar todo.
⎯Sabes que te estás comportando cómo un niño y ya no lo voy a permitir más. Hasta aquí llego tu tontería, Steve ⎯Su padre no puso el mismo empeño que su madre, no tiene tanta paciencia como ella ⎯Vas a recoger tus cosas ahora mismo, y no quiero peros. Tienes 17 años, eres un hombre, la edad de hacer estas niñerías ya pasó hace mucho tiempo ⎯Su tono fue duro, y estaba seguro que si replicaba se iba a llevar un regaño mucho peor, así que no dijo nada y asintió. Usualmente se lo tomaba a la ligera cuando llegaban y empezaban con lo mismo de siempre, pero tenía el presentimiento de que está vez era la definitiva, porque su mudanza sería en dos semanas y se estaba acabando el tiempo.
Dicho esto, salieron de su habitación y él se quedó sólo. Usualmente disfrutaba su soledad, pero está vez se sentía diferente. Odiaba está situación y no podía esconderlo, le era imposible. Deseaba con todas sus fuerzas poder quedarse con Paul, su mejor amigo de toda la vida, rentar un apartamento y mudarse ahí con sus mascotas, vivir ahí lo que les quede de instituto y luego durante la universidad, pero eso tendrá que quedarse como solo un sueño, para su pesar. Empezó a empacar sus cosas lentamente, con toda la calma del mundo. Podrían obligarle a ello, pero nunca dijo que sería un trabajo rápido. Tardaría todo el tiempo que sea posible, retrasaría el viaje todo lo necesario. Le estaba agarrando el gusto a comportarse como un niño de 5 años.
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Nuevos comienzos [BL]
RomanceIniciar una nueva vida en otro lugar no será fácil. Steve lo sabe, pero ya se resignó a ello. Al menos está seguro de que siempre tendrá a Paul a su lado, a pesar de la distancia y los kilómetros. Estaba convencido de que el tiempo que pasará allí s...