Capítulo Tercero
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Sakura se tensó en la silla que le habían asignado. Tras sobrevivir a duras penas a la cena de anoche, ahora tenía que enfrentar su siguiente desafío. En unos minutos la propia emperatriz les contaría cual sería la primera prueba. Nadie había querido darle siquiera una pista, así que había dado rienda suelta a su imaginación y ya se veía encima de un escenario cantando con voz desafinada y siendo humillada por toda la corte. O peor, bailando con el príncipe heredero mientras le pisaba los pies. Negó con la cabeza, mirando de reojo a las dos otras candidatas.
Meiling Li lucía segura de sí misma. Callada y con una sonrisa arrogante. Obviamente, se había sentado en el sofá central, y ahora tomaba una taza de té con la espalda tan recta, que estaba segura de que se había tragado un palo de escoba. En cuanto a la otra muchacha, no estaba muy segura de qué podía opinar de ella. La señorita Yanaguisawa siempre perecía estar perdida en sus pensamientos. A simple vista, no parecía gran cosa. Pero su madre le contó que era una joven muy inteligente y talentosa. Así que no podía confiarse mucho. Además, no podía olvidar que era la candidata propuesta por el príncipe heredero y al parecer una buena amiga de su infancia. ¿Serian amantes ahora? No... no parecía del tipo de ese príncipe engreído... eso seguro. Pero la vida ya la había sorprendido un par de veces. Una más no haría ninguna diferencia.
La puerta se abrió y las tres se levantaron para inclinarse ante la presencia de la emperatriz, la reina y la concubina. Tomoyo tenía razón al decir que, desde ese momento, estaba condenada a vivir con Meiling y Naoko. Esas tres damas parecían ir unidas por una cuerda.
- Por favor, dejen los saludos formales y siéntense. Tengo mucho por organizar esta mañana y necesito terminar esto cuanto antes.
Las tres tomaron asiento de inmediato y permanecieron calladas, con la vista agachada por respeto a sus altezas. Sakura no comprendía como era posible permanecer tantas horas mirando el suelo. Ya podía sentir como empezaba a agarrotársele el cuello.
- Bien, como ya sabrán hoy se anuncia la primera prueba de la competencia y serán examinadas dentro de dos meses. Recibirán una carta en sus aposentos con los detalles básicos, así que me limitaré a explicarles la temática de la primera prueba.
La emperatriz tomó asiento en el diván que habían preparado para ella y la reina se puso a su lado con rostro estoico. Pero la concubina se quedó en la puerta, con la mirada agachada y el rostro tranquilo. Sakura se dio cuenta del abismo que había entre las posiciones de esas grandes damas.
- En dos meses se celebrarán tres noches de festejos. Se les asignará una noche a cada una de ustedes y deberán organizar un evento especial para conmemorar su nombramiento como futuras consortes del príncipe. – Sakura dio un respingo sobre si misma. ¿Organizar un evento? Cómo no... ¿Por qué no se había imaginado algo como eso? A fin de cuentas, la odiosa marquesa de Rue ya le había explicado que esa era una tarea principal de la emperatriz. – Deberán presentarme la temática en una semana y serán supervisadas por la reina durante toda la organización. Sin embargo, sólo recibirán su aprobación o su negación en sus propuestas. No recibirán ninguna pista o guía o serán descalificadas. ¿comprendieron? – las tres damas asintieron en silencio. – Bien. Reina Anna, ¿puede por favor informarles de los detalles? Ya he perdido mucho tiempo con esto.
- Por supuesto, su majestad, luna del imperio. – La emperatriz se levantó y todas hicieron lo mismo para inclinarse con respeto una vez más.
- Señorita Kinomoto, espero que se esfuerce en esta prueba. Obviamente, está en clara desventaja por su torpe educación, pero se solicitan unos mínimos resultados para continuar en esta competición. Aunque el emperador la haya nominado, si veo que no cumple las expectativas, yo misma la expulsaré. ¿me ha comprendido? – Sakura tragó grueso, aguantándose las ganas de abofetear a esa mujer con un guante.
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LA LUNA DEL IMPERIO
Fiksi PenggemarEn cada reinado del próspero imperio de Aristia, tres mujeres eran elegidas para ser las damas consortes del futuro emperador. Seis pruebas serían llevadas a cabo en el período de un año y sus resultados determinarían qué lugar ocuparían el resto de...