ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴅᴏꜱ

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𝕬𝖕𝖔𝖉𝖞𝖔𝖕𝖘𝖎𝖘: 𝑬𝒍 𝒂𝒄𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝒅𝒆𝒔𝒗𝒆𝒔𝒕𝒊𝒓 𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂𝒍𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒂 𝒖𝒏𝒂 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂

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𝕬𝖕𝖔𝖉𝖞𝖔𝖕𝖘𝖎𝖘: 𝑬𝒍 𝒂𝒄𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝒅𝒆𝒔𝒗𝒆𝒔𝒕𝒊𝒓 𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂𝒍𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒂 𝒖𝒏𝒂 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂.

-Es tu quinto café, ¿Fue un hombre o la pila de libros que llevas en tus manos?-me preguntó Alex, él pasó muchos años conmigo lo cual hizo que me conozca bien.

-No, fue el imbécil de mi padre. Ayer a las 3:00am tuve que pagar la maldita fianza, ni siquiera sabía que el estaba viviendo en Seattle, o en Estados Unidos-el enojo me invadió, ayer antes de irme de la comisaría escuché como me suplicaba juntarme en una cafetería y no tuve más opción que aceptar.

-¿Acaso tienes padre?-

-Claro que lo tengo, no vengo del esperma de un lobo-hablé yo. En su defensa a mi padre era mejor no verlo que hacerlo.- A la tarde lo veré-

-¿Entonces por eso llevas seis libros, los cuales están leídos por que llevan post- tips, y los 5 cafés, solo porque estás enojada?-Amo a Alex pero aveces odio que sea tan... Alex.

-Sí-acepté, cuando me enojo leo, y cuando estoy feliz o triste. Los libros son lo único que te acompañan a pesar de todo, son más fieles que las personas.

-Lees para castigarte cuando te enojas, guau solecito, eres mala- habló en un tono muy irónico, típico de Karev.

-Recuerda que puedo mandarte a hacer exámenes rectales-grité cuando el ya se estaba alejando.

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Parada en la puerta de esa cafetería donde lo vería a él, la persona que más rápido se fue de mi vida.

Dude de entrar, años estuve esperando una respuesta, una simple explicación de porque me abandonó. Ahora que puedo tenerla me da miedo que la única razón de mi abandonó sea que no soy suficiente. Algo ya común en mi vida.

La campanilla de la puerta sonó, y solo algunas personas se voltearon al escuchar este ruido. Lo estaba viendo, con su pelo algo rubio, pero a punto de desteñirse y dejar que las canas aparezcan, su camisa a cuadros y su jean azul oscuro, era él.

-Atena, hija, te extrañe-dijo él al verme, preparé mis oídos para escuchar sus mentiras, lo único que corriente que sale de la boca de Giacomo DeiBonetto.

-Atenea, y por favor dime cuánto quieres y vete-dije cortante.

-Quiero conocerte, no sé nada de mi hija. Se que cometí errores en el pasado, pero ahora tengo una familia, ya cambié-auch, no sé si me dolió saber que tenía una nueva o que sabía que probablemente sus hijos estarían pasando lo mismo que yo.

-¿Encontraste trabajo?-quise preguntar esperando de él ya cualquier respuesta.

Asintió con una sonrisa. Yo tenía la sonrisa de mi madre, pero los ojos celestes eran de él. Mamá tenía unos lindos ojos avellanas con la capacidad de hacerte viajar a todos lados.

𝕴𝖓𝖊𝖋𝖆𝖇𝖑𝖊- Grey's AnatomyWhere stories live. Discover now